Éste es el principal desafío al que se enfrentan la Educación Nacional y su ministro supervisor. Si bien el acoso escolar se ha convertido en los últimos años en una verdadera lacra, amplificada por el poder de las redes sociales, Gabriel Attal abordó plenamente esta delicada cuestión en su nombramiento, en la calle de Grenelle, el pasado mes de julio. Pocas horas después de la liberación de los cuatro menores sospechosos de “acoso que condujo al suicidio” de Lucas, este joven adolescente encontrado muerto en enero, el Ministro de Educación Nacional anunció el lunes por la tarde al medio online Brut que sus servicios estaban funcionando. al establecimiento de una plataforma. El cual verá la luz en enero de 2024.
En colaboración con el Cned, este último, dirigido a “padres que lo deseen”, integrará “vídeos y módulos de formación”. Objetivos ? “Detectar situaciones de acoso que viven sus hijos o de las que ellos son causantes”. Y gestionar los fenómenos que puedan surgir en las redes sociales. Otro anuncio significativo del Ministro de Educación Nacional es el de una revisión de la “escala de sanciones” contra los estudiantes que acosan.
Gabriel Attal indica luego “trabajar con los directores de escuela, con los actores educativos nacionales para simplificar las sanciones disciplinarias que se pueden tomar sin esperar a que la situación se deteriore en los consejos disciplinarios”. El miembro del Gobierno pretende que “las sanciones podrían aplicarse antes, aunque sean más leves”. «Es mejor tener una sanción simbólica inmediata que permita poner fin a la situación que esperar y tomar una decisión seria con un consejo disciplinario», explicó a este medio muy popular entre los jóvenes.
Desde el verano, el gobierno ha anunciado toda una serie de medidas contra el acoso, incluida la posibilidad de cambiar de escuela en caso de acosar a los estudiantes. Si el ministro quiere acelerar su política contra el acoso escolar es porque él mismo ha sido víctima. En una entrevista concedida a TF1 el domingo por la noche, Gabriel Attal afirmó haber recibido “una avalancha de insultos e insultos” de carácter homofóbico al “final de la escuela secundaria”. «Si tengo tantas ganas de involucrarme en el acoso escolar es quizás porque el hecho de haber sufrido insultos ha fraguado algo», afirmó el ministro de treinta años.