El impacto de la huelga iniciada a mediados de septiembre en Ford se estima en 1.300 millones de dólares, declaró el jueves a la prensa su director financiero, quien celebró el «acuerdo de principio» firmado la víspera con el sindicato porque permitirá reabrir las fábricas. El fabricante de automóviles estadounidense es el objetivo, al igual que sus competidores Stellantis y General Motors, de un movimiento social que moviliza a cerca de 45.000 de sus 146.000 empleados registrados en el sindicato United Auto Workers (UAW).

Ford es el primero de los tres en sellar un acuerdo con el sindicato, pero aún debe ser ratificado por los miembros, una condición generalmente necesaria para levantar una convocatoria de huelga. Pero el UAW anunció el miércoles que los trabajadores de Ford regresarían a sus puestos de trabajo inmediatamente, para presionar a GM y Stellantis. «Este es el mejor (acuerdo) para Ford porque permitirá que nuestras fábricas se reinicien», dijo el jueves a los periodistas John Lawler, director financiero.

El grupo «se centra en reactivar tres plantas de montaje» y en devolver a unos 20.000 empleados a sus instalaciones, afirmó Jim Farley, jefe del grupo, durante una conferencia con analistas. Según John Lawler, el impacto se estima en 100 millones de dólares en el beneficio operativo del tercer trimestre y 1.300 millones de dólares en total, y “alrededor de 80.000 vehículos” no se fabricaron. Este déficit será perceptible en la facturación del cuarto trimestre. «Nos enfrentamos a una cantidad increíble de trabajo y de incertidumbre», señaló, afirmando que la reanudación «va a ser compleja», en particular porque muchos empleados han encontrado trabajo en otros lugares.

Sin dar detalles sobre el contenido del acuerdo de principio, John Lawler afirmó que incrementaría el coste de fabricación de 850 a 900 dólares por vehículo. Como resultado, el grupo tendrá que aumentar “la eficiencia y la productividad” para “compensar los mayores costes laborales”. «Creemos que el acuerdo será ratificado, pero consideramos que las concesiones hechas por el grupo son elevadas y afectarán a los márgenes», comentó en una nota Garrett Nelson, analista de CFRA Research, subrayando que «afectarán a su competitividad frente a Tesla y otros fabricantes sin sindicato”.

Ford publicó el jueves resultados del tercer trimestre por debajo de las expectativas, con unas ventas de 43.800 millones de dólares (11%) y un beneficio neto de 1.200 millones de dólares (pérdida de 827 millones de dólares un año antes). Por acción y excluyendo partidas excepcionales, una referencia para los mercados, el beneficio alcanzó los 39 céntimos, cuando el consenso contaba con 46 céntimos. Ante las incertidumbres, el grupo canceló sus previsiones para todo el ejercicio. En las operaciones electrónicas tras el cierre de la Bolsa de Nueva York, las acciones de Ford perdieron un 4,31%.