Miedo en la era de las redes sociales. Momentos después del ataque con arma blanca que acabó con la vida de un profesor en un instituto de Arras (Paso de Calais), empezaron a aparecer en Internet varios vídeos que mostraban a un joven agrediendo a numerosos adultos. Según un último informe, otros dos miembros del personal educativo están gravemente heridos.
Otras imágenes, a menudo tomadas por estudiantes confinados en el establecimiento y difundidas en TikTok, Snapchat o X, muestran un cuerpo ensangrentado, sin que los internautas puedan identificar a la persona en cuestión. Si bien es evidente que estos vídeos pueden herir la sensibilidad de algunos, la policía ha pedido expresamente a los cibernautas que no los «retransmitan» para «facilitar el trabajo de la policía y por respeto a las víctimas».
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Para contrarrestar esta ola, las redes sociales también deben desempeñar su papel en esta materia. Desde finales de agosto, la Ley de Servicios Digitales (DSA) debe obligar a los servidores a controlar aún más la propagación de contenidos dañinos. “Las imágenes que hemos visto desde el mediodía entran dentro del alcance de la DSA pero también de las reglas de las plataformas. Twitter, por ejemplo, no tolera imágenes de violencia gratuita”, subraya a Le Parisien el diputado del Renacimiento Éric Bothorel, especialista digital.