Le Figaro Burdeos

Se recomiendan cuatro “pasos”: no pantalla en la mañana, no pantalla en la mesa, no pantalla en el dormitorio y no antes de acostarse. Recomendaciones compartidas este año con 5.500 escolares de Burdeos en el marco del “desafío diez días sin pantalla”, que ayuda a padres y niños a repensar sus usos, en un momento en el que un alarmante estudio revelado por Le Figaro revela que los niños de 7 a 12 años gastan en En promedio, solo 23 minutos por día leyendo, pero más de dos horas en pantallas todos los días.

Para hacer frente a este preocupante fenómeno, la ciudad de Burdeos puso en marcha en 2019 este desafío de diez días sin pantallas, que se lleva a cabo cada año desde 2022. Para esta cuarta edición, que se celebrará del 2 al 11 de abril, 40 escuelas infantiles y Las primarias se han movilizado. “El objetivo es ayudar a niños, familias y profesionales a reducir el tiempo diario frente a la pantalla y hacer un mejor uso, adaptado a cada edad”, explica el municipio ecologista.

«Es realmente una cuestión social», añade Fannie Le Boulanger, teniente de alcalde encargada de la política municipal, la primera infancia y la paternidad. «Todos los padres, independientemente de la categoría social, se enfrentan a la adicción de todos a las pantallas». Decir no a un juego o a una caricatura puede ser particularmente difícil, este desafío «está realmente destinado a aliviar la culpa de los padres», recuerda el electo, porque «lo importante es participar y reducir las pantallas». Fannie Le Boulanger señala que el consumo excesivo de pantallas entre los niños pequeños es especialmente perjudicial. “Lo que se desperdicia es tiempo de desarrollo del cerebro. Frente a una pantalla, es como si su cerebro se detuviera”.

Durante estos diez días, la ciudad y las asociaciones de vecinos ofrecen “numerosas actividades y salidas culturales, educativas, deportivas y de ocio”. “Se organizaron con antelación diferentes momentos en cada escuela con niños y padres para ayudarlos a prepararse. En un cuaderno de bitácora que se entrega a cada alumno se enumeran las actividades, ideas de salidas para descubrir la ciudad y sus alrededores, precios reducidos, recetas, actividades manuales, juegos, colorear, etc. El desafío también se presenta de forma divertida, “como un partido”, con puntos ganados por cada momento del día pasado sin pantalla y contabilizados en clase. Pero “cada uno es libre de participar y hacerlo en la medida que le sea posible”, especifica el municipio.

Este desafío, iniciado en 2003 por el quebequense Jacques Brodeur, es cada vez más popular en Burdeos. Según el ayuntamiento, “los socios y padres que han vivido el reto son unánimes: la decena sin pantallas ayuda a delimitar mejor la frontera que separa las pantallas que dan servicio de las pantallas que esclavizan”, y “las repercusiones en la escuela El clima, el sueño y el estrechamiento de los espacios familiares son reales. “Lo que a los niños les encanta es que han recuperado tiempo de calidad con su mamá y su papá, porque en casa, el tiempo en que padres e hijos juegan, cocinan juntos, etc. no son tan numerosos”, añade Fannie Le Boulanger.

En 2023, el 90% de los padres encuestados notaron los impactos positivos de este “desafío de 10 días sin pantalla”. Una encuesta entre niños realizada en 2022 muestra que el 40% de los niños durmió mejor, el 85% pasó más tiempo jugando y charlando con su familia y el 86% redujo su tiempo frente a la pantalla. Dos meses después del desafío, el 75% de los padres también declaró que el consumo de pantalla de sus hijos había disminuido. Este desafío también puede cuestionar nuestra propia relación con las pantallas, como adultos, porque “la pantalla actúa como una pantalla entre las personas”, recuerda el teniente de alcalde.

Esta iniciativa tiene como objetivo, en particular, “permitir que todos se den cuenta de la influencia que las pantallas pueden tener en nuestra vida diaria, sin estigmatizarlos” y “crear conciencia y equipar concretamente a las familias para reducir el tiempo que pasan frente a las pantallas a diario y hacer un mejor uso del mismo, adaptado a cada edad. Una iniciativa que se repetirá el año que viene, recuerda Fannie Le Boulanger. “No tenemos planes de parar, se ha convertido en una reunión esperada”.