El término que surge con más frecuencia es «abuso de poder». En una larga investigación de Franceinfo, publicada este martes 9 de abril, diez actrices implican al director de Bienvenidos, nominado varias veces a los Oscar. Denuncian comportamientos inadecuados e inadecuados, y a tres de ellos, besos robados.

Los hechos denunciados tuvieron lugar entre 1990 y 2010. El modus operandi es casi sistemático: todas las situaciones se desarrollan en el marco de la atribución de un rol. Ciertas situaciones ocurren durante las sesiones de trabajo. Philippe Lioret pide a las actrices que les den la respuesta y elige escenas de carácter erótico. Otros durante reuniones en una cafetería o restaurante. Todas las actrices evocan situaciones embarazosas e inquietantes.

Entre las actrices entrevistadas, Hélène Seuzaret afirma que Philippe Lioret la invitó a una sesión de trabajo un sábado mientras el equipo descansaba. Decide darle la respuesta y elige una escena “íntima y carnal” entre dos personajes, describe Franceinfo. Después de esta situación calificada de “incómoda” por la actriz, el director intentó besarla en la boca al salir de la sesión: “Es como un abuso de poder: se permite, porque estoy esperando este papel, robarme”. Un beso mío”, describe.

La actriz Élodie Frenck cuenta una escena muy desagradable con el director. Una vez más, Philippe Lioret decide darle la respuesta y elige una escena de “besos y atracción mutua” entre el personaje principal de Claire, el magistrado, y su marido: “Puso su boca en mi cuello, tenía el corto de aliento, me sentí muy incómodo. Me aparté y me dijo: ‘¿Pero quieres hacerlo o no quieres hacerlo?’ Me sentí como un ratoncito en el fondo de la caja”, recuerda la actriz. La actriz Émilie Deville relata una escena entre una madre y su hijo: “Él (Philippe Lioret) actúa como un niño de seis años, se arrodilla y me agarra por las caderas. Pega su cara a mi pene y dice: ‘¡Mami!’”, describe Émilie Deville.

Otras actrices afirman que, durante los castings, el director les pidió que “enseñaran los pechos”. Información confirmada por el asistente de casting: “Recuerdo esta escena, durante las pruebas, donde era absolutamente necesario poner perfume en la areola del pecho de la actriz. Él absolutamente quería que viéramos el pecho. Cuando hablé con las actrices, me ordenaron que les pusiera el sujetador y les sacara los pechos”, explica, afirmando que el cineasta hizo del pecho de las actrices “una cuestión crucial”, escribe Franceinfo.

Por su parte, Philippe Lioret afirma «nunca haber tenido la sensación de intentar abusar de nadie», se defiende a Franceinfo. “Philippe Lioret siempre ha participado de manera muy personal en los castings. Es realmente lo suyo, responde su abogada, Solange Doumic, y busca sacar lo mejor de los actores y actrices que superan las pruebas. Entonces, él es quien les da la respuesta. En el casting de Todos nuestros deseos eligió una escena de ternura porque es crucial”, continúa el abogado.

Esta investigación llega en un momento en el que el cine francés vive una ola de libertad de expresión desde la intervención de Judith Godrèche para denunciar la violencia sexista y sexual en el mundo del cine francés.