Corresponsal en Bruselas
¿Hasta dónde llegará el desmoronamiento de la ecologización de la nueva política agrícola común? Mientras la ira de los campesinos sigue creciendo en Europa, la Comisión Europea presentó el viernes una nueva ronda de propuestas.
A diferencia de las medidas temporales o de salvaguardia anunciadas hace unas semanas, estas nuevas propuestas pretenden modificar fundamentalmente la actual PAC. Si los Estados miembros y el Parlamento Europeo dan luz verde, se aplicarían a partir de 2025, con efecto retroactivo desde el 1 de enero de 2024. Los europeos quieren dar garantías al sector agrícola, a menos de tres meses de las elecciones europeas.
Ursula von der Leyen bien puede enfatizar que no reducen “el nivel general de ambición ambiental”, pero estas propuestas aún marcan un cambio radical de filosofía. Porque, a partir de ahora, el Ejecutivo europeo prefiere incentivar antes que presionar y castigar al sector agrícola. De este modo se abandonan o se relajan varios BCAE, o buenas condiciones agrícolas y medioambientales, odiadas por el mundo agrícola. A partir del BCAM 8, relativo a la obligación de barbecho, sinónimo de decadencia para muchos agricultores. Suspendida en 2023 debido a la guerra en Ucrania y restablecida parcialmente en 2024, esta norma prevé dejar en barbecho al menos el 4% de las tierras cultivables. Esta vez, la Comisión propone eliminar completamente esta obligación, sin penalización financiera. Mejor aún, los operadores que decidan seguir cumpliendo recibirían una bonificación. «En la práctica, esto significaría que se animaría a los agricultores a mantener zonas no productivas, pero sin temer una pérdida de ingresos si no pueden hacerlo», explicó Ursula von der Leyen en una conversación telefónica el viernes con un polaco. Primer Ministro Donald Tusk.
Bruselas también está abordando la obligación de rotación de cultivos (BCAM 7), sustituida por una simple “diversificación” de cultivos. “La flexibilidad para llevar a cabo una diversificación de cultivos en lugar de una simple rotación de cultivos facilitará que los agricultores afectados por sequías regulares o lluvias excesivas cumplan con este requisito”, razona la Comisión.
En cuanto a la prohibición del suelo desnudo destinada a limitar la erosión del suelo (BCAM 6), los calendarios ya no serían rígidos. Los estados miembros podrían “definirlos de manera flexible teniendo en cuenta las diferencias regionales”, dijo el comisario polaco de Agricultura, Janusz Wojciechowski. Además de estos cambios específicos, se propone que “los Estados miembros puedan eximir a determinados cultivos, tipos de suelo o sistemas agrícolas del cumplimiento de los requisitos sobre labranza, cobertura del suelo y rotación/diversificación de cultivos” (respectivamente BCAM 5, 6 y 7), además precisa el ejecutivo europeo.
Como ya había anunciado, la Comisión también confirmó el viernes que «las explotaciones de menos de 10 hectáreas» – que representan dos tercios de los beneficiarios de la PAC – estarán exentas de controles y sanciones en caso de incumplimiento de las normas de condicionalidad. Esta fue una petición de Francia y Polonia, que tienen muchas explotaciones pequeñas.
Además, se han iniciado debates sobre una remuneración justa para los agricultores. Así, para el verano se creará un “observatorio de costes de producción, márgenes y prácticas comerciales” para aumentar la transparencia del mercado. También está prevista una revisión de la directiva sobre prácticas comerciales desleales para equilibrar el equilibrio de poder entre agricultores y compradores. Se trata de proyectos a más largo plazo, que están en el menú del próximo mandato.
Estas medidas serán debatidas por los Veintisiete a finales de la próxima semana en Bruselas, durante la cumbre de los días 21 y 22 de marzo. El objetivo es ir rápido. Bruselas aspira a su adopción final en el Parlamento a más tardar durante el pleno de finales de abril, el último del mandato antes de las elecciones europeas.
Si el objetivo inicial era reducir la carga administrativa del sector agrícola, muchos ven estas medidas como un nuevo golpe al «acuerdo verde» de la UE, tras la retirada de los pesticidas. “La propuesta de la Comisión, si se lleva a cabo hasta el final, es una amenaza para la ecologización de la PAC pero también para la propia PAC. Su simplificación no debería ser un desmoronamiento. Al hacer retroceder las normas comunes, esta propuesta pone en duda la legitimidad de la PAC como primer presupuesto de la Unión”, advierte el eurodiputado macronista y presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Pascal Canfin. «Abandonar ciegamente las medidas medioambientales no apaciguará a los agricultores que sufren por los precios injustos y la emergencia climática, con necesidades de sostenibilidad a largo plazo», afirma Anu Suono, de WWF. Para el Comisario polaco de Agricultura estas críticas son innecesarias. Dice estar convencido de que “obtenemos más resultados con estímulos y bonificaciones que con limitaciones”.