La secuencia había tomado por sorpresa a más de uno. El viernes 8 de marzo, durante la ceremonia de sellado de la Constitución con su párrafo sobre la interrupción voluntaria del embarazo (aborto), la cantante Catherine Ringer se negó a abrazar a Emmanuel Macron. El presidente bajó del podio para saludar su personal interpretación de La Marsellesa. Pero la cantante aparentemente regresó a su lugar con pasos seguros. Preguntada sobre este episodio, Catherine Ringer comentó el episodio del miércoles 13 de marzo en el plató de Télématin.
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“Descubrí que simplemente era el beso lo que estaba fuera de lugar, era una situación solemne. Primero me dio un beso en la mano a la antigua usanza. Intenté hacerle uno otra vez pero no fue posible, así que fue un poco de gracia salvadora. Y después me dijo: “Vamos a besarnos”. No, descubrí que no estaba bien, que el presidente me estaba dando un beso allí”, dice Catherine Ringer. El artista asume su gesto con aplomo. “Yo tampoco soy su amiga”, testifica, especificando que “no le gustaba especialmente besar todo el tiempo”. Semejante gesto, en esta situación, habría sido “una expresión de amiguismo que no era justo”, según ella. “En ese momento, le correspondía a él, a su comunidad, decir: ‘Soy amigo de los artistas’, continúa. Me sentí muy honrado de que me invitara, encantado de saber que había insistido, pero fue un momento solemne y serio esta Marsellesa.
Ante el impacto que tuvo la secuencia en las redes sociales, la cantante de Rita Mitsouko expresa un simple arrepentimiento/ “Quizás me equivoqué al irme así, mejor sería decir “oh no, el beso no” y quedarme. Pero no es muy grave, creo que hay cosas más serias y que hay otras cosas en las que pensar como la guerra y las variadas historias de nuestro país”.
En la plaza Vendôme, Catherine Ringer propuso una versión feminista del himno nacional. A capella y acompañada por el coro del ejército francés, la primera frase del coro se convirtió en “a las armas, ciudadanos, ciudadanos” y la última, la “sangre impura” que “riega nuestros surcos” se convirtió también en “una ley pura en el Constitución. Una interpretación que fue aplaudida durante mucho tiempo por el público asistente. El Elíseo, por su parte, explicó que no había sido informado de esta adaptación. “Lo hizo libremente”, comentó Emmanuel Macron a la prensa.