¿Todos al lado de la herencia religiosa? En vísperas de las jornadas del patrimonio, Emmanuel Macron anunció, desde la colegiata de Semur-en-Auxois (Borgoña), una colecta nacional en beneficio del patrimonio religioso. Abierto a partir del 15 de septiembre, gestionado por la Fundación Patrimonio, permitirá a los municipios de menos de 10.000 habitantes propietarios de un edificio realizar sus trabajos de restauración y mantenimiento.
Las donaciones realizadas serán, hasta 1.000 euros, deducibles del impuesto sobre la renta hasta el 75% (como era el caso de las donaciones en beneficio de Notre-Dame de París). Más allá de eso, se aplicará una tasa del 66%. El objetivo es recaudar 200 millones de euros en cuatro años.
Leer tambiénEmmanuel Macron al lado de los municipios que quieren preservar su patrimonio religioso
«Estoy convencido de que la emoción popular (ante el deterioro de los edificios) se movilizará para salvar el patrimonio y ayudar a las comunidades», afirmó Emmanuel Macron, que desea «transformar esta emoción en energía positiva». Más allá de la recaudación, el Estado dice que está dispuesto a ayudar a los municipios y apoyarlos en la realización de obras en los edificios. “Vamos a simplificar los sistemas”, continuó el presidente. Muchos cargos electos, y en particular los alcaldes de pueblos pequeños, no tienen ni el tiempo ni los recursos humanos para elaborar pesados expedientes de diagnóstico de su iglesia o solicitudes de ayuda pública.
Mientras retumba la polémica en torno a la presencia de Emmanuel Macron en la misa ofrecida por el Papa Francisco el 23 de septiembre en Marsella, el presidente insistió en el carácter laico de sus anuncios, que se harán en su “estricto respeto”. Ante la degradación del patrimonio, «está surgiendo un sentimiento de indignación entre los funcionarios electos y las poblaciones, lo creamos o no», afirmó.
El presidente de la República desveló su plan frente a la colegiata de Notre Dame, un edificio del siglo XIII que, según Céline Duchesne, coordinadora del patrimonio de la ciudad, requeriría “cuatro millones de euros de obras”. Outre Brigitte Macron, la ministre de la Culture Rima Abdul-Malak, Stéphane Bern, Édouard de la Lamaze (Observatoire du patrimoine religieux) ou Olivier de Rohan Chabot (Sauvegarde de l’art français), des représentants des cultes chrétiens, juifs et musulmans estaban presentes. Aunque se centran en los edificios católicos, que constituyen la gran mayoría del patrimonio religioso, las medidas también pueden aplicarse a sinagogas, iglesias ortodoxas, templos protestantes o mezquitas, siempre que pertenezcan a un organismo público y no a una asociación religiosa.
Francia tiene cerca de 42.000 iglesias y edificios católicos. Desde la ley de 1905, el 90% de ellos pertenecen a comunidades, que a menudo luchan por mantenerlos. ¿El Loto del Patrimonio, las asociaciones de conservación, la región, los departamentos o el Ministerio de Cultura desempeñan un papel importante en su apoyo cuando se incluyen edificios en la lista? Pero según el Observatorio del Patrimonio Religioso, unos 3.000 edificios están amenazados de ruina o abandono. Miles más necesitan trabajo.