¿Solo te falta un ser y la rueda de prensa se despobla? Como era de esperar, debido a la huelga en Hollywood, Emma Stone no está en la Mostra para promocionar Pobres criaturas, película bajo la bandera de Disney de Yorgos Lanthimos, en carrera por el León de Oro. Pero para responder a las preguntas de los periodistas, la producción atrajo a una multitud el jueves por la tarde, llegando incluso a dejar espacio al maquillador detrás de los micrófonos (solo falta el utilero). Ella se sintió rápidamente aliviada. La habitación está llena como un huevo. El griego Lanthimos es muy querido en el Lido, donde triunfó en 2018 con La Favourite, ya con Emma Stone.
Pobres criaturas está basada en una novela del escritor escocés Alasdar Gray. Presenta a Willem Dafoe como un cirujano con la cara cosida e ideas excéntricas. El científico loco recupera el cuerpo de una mujer embarazada que sobrevivió a un ahogamiento (un suicidio fallido) para sustituir su cerebro por el de su hijo por nacer. La criatura es más sexy que Frankenstein ya que tiene los rasgos de Emma Stone. Pero tiene el comportamiento de un bebé caprichoso que tartamudea sus primeras palabras y pasea en triciclo por su mansión de Londres. Dafoe contrata a uno de sus alumnos para documentar diariamente el progreso de Bella Baxter (así se llama). Un abogado corrupto (Mark Ruffalo) la libera. Huyen a Lisboa y luego en un vapor de camino a Atenas. Bella Baxter descubre los placeres de la carne. Entre dos saltos mortales, la bella ignorante lee libros siguiendo el consejo de Hannah Schygulla. Su lenguaje infantil se vuelve cada vez más sofisticado.
Pero su emancipación se produce esencialmente a través del sexo. El abogado se queda en el suelo y Bella Baxter entra en un burdel de París para continuar su aprendizaje. “El sexo es brutal pero no desagradable”, señala la prostituta neófita que entabla amistad con un socialista. Apenas tienen tiempo para intercambiar ideas. Los clientes se suceden y tienen perfiles variados. Damien Bonnard, padre pedagógico, lleva a sus dos hijos a un curso de observación para enseñarles a copular. Baxter recuerda a Barbie descubriendo el Mundo Real, más trashy y ninfómana.
Que los despreciadores de la gasa masculina estén tranquilos, no se hizo nada sin el consentimiento de Emma Stone. Al contrario, la actriz estadounidense es la productora de la película y es insuficiente decir que se entrega a sí misma. Para ser una estrella de Hollywood de su talla, no rehuye la desnudez. En todas las posiciones y en escenarios espantosos, las ciudades son más fantásticas que realistas y, sobre todo, digitales. La estética cuestionable de la película se ve agravada por el uso excesivo que hace Lanthimos del gran angular u ojo de pez, lo que provoca distorsión de la imagen. Corresponde al espectador demostrar su resistencia para completar las 2h21 de esta película monstruosa, en todos los sentidos de la palabra.