«¡Ey! ¡estoy aquí!» Jean-Luc Mélenchon intenta interrumpir a Marine Le Pen. Nada que hacer. El candidato del Frente de Izquierda no obtendrá más que risas de la audiencia. Marine Le Pen permanece impasible, volteada hacia David Pujadas. El 23 de febrero de 2012, la candidata del Frente Nacional anunció en directo en el plató del programa de entrevistas de France 2 “Palabras y hechos” que rechazaría este debate impuesto por el canal.
Ella explica: “Está claro que este debate se organizó únicamente en una lógica comercial. Eres un poco como el Paul Amar de los tiempos modernos. Podrías habernos dado pares de guantes de boxeo”, se burla, refiriéndose al debate entre su padre, Jean-Marie Le Pen, y Bernard Tapie, en France 2 en 1994. “Cuando te encuentras con un oponente que no es complaciente, se acabó, ya no estás”, le respondió el abanderado del Frente de Izquierda.
Entre los dos candidatos, esa noche, en realidad se estaba jugando una guerra de posiciones. Invitado sorpresa del cuarteto protagonista de esta elección presidencial de 2012, Jean-Luc Mélenchon sube en las encuestas y empieza a soñar con doblar a Marine Le Pen, entonces tercera. Desde hace unas semanas, la tribuna de la izquierda radical ataca a su rival en sus encuentros.
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En el proceso de satanización con el Frente Nacional, Marine Le Pen quiere presentarse como una candidata presidencial creíble. Objetivo: desbaratar el anunciado duelo entre Nicolas Sarkozy y François Hollande en octavos. No se trata, pues, de ofrecer un poco de luz a quienes apuestan a su caída por adelantarla.
Muy rápidamente esa noche, la candidata del FN denigra a su oponente al rango de «coche escoba» del candidato del PS. “Yo debato con candidatos presidenciales reales. No con candidatos a cargos ministeriales y que llamarán a votar en segunda vuelta por François Hollande”, truena. Insiste, nuevamente: “Este debate no tiene sentido porque ustedes no están para nada al mismo nivel electoral que yo. Como estoy entre los tres primeros, me hubiera gustado poder debatir con aquellos cuyo lugar podría ocupar en la segunda ronda”, continúa Marine Le Pen. “Donde estoy en las encuestas hoy es cómo tu papá anotó la última vez. Llévame más abajo, por favor, porque la sorpresa será extrema para ti pronto”, responde, picado, Jean-Luc Mélenchon.
Al candidato de la izquierda radical le cuesta hablar de nuevo. Se enoja: «¿Esta mujer va a hablar como un molino por cuánto tiempo antes de que pueda hablar?» Imposible conseguir que su rival se sumara a bordo en cuestiones de fondo. “Si tengo que decirlo cinco veces, lo diré cinco veces, no pienso debatir con el señor Mélenchon”, sostiene Marine Le Pen. “¿Puedo al menos hablar por mi cuenta?”, terminó preguntando Jean-Luc Mélenchon, provocando nuevas risas en la audiencia.
Las pocas palabras de Marine Le Pen a su oponente serán simplemente para recordarle sus recientes ataques «violentos» y «antirrepublicanos». «Así es como el 18 de enero, durante una rueda de prensa en Metz, me llamaste ‘semi-demente'», respira. “Eso te deja una buena mitad”, replica su rival ojo por ojo. Hilaridad general en el público.
Y exiguo premio de consolación para la candidata del Frente de Izquierda, que había planeado dar la pelea clavando a su contrincante en su deseo de “Suprimir el reembolso por parte de la Seguridad Social por interrupción voluntaria del embarazo”. Tampoco obtendrá respuesta sobre la promesa de la FN de «negar la asistencia médica a los extranjeros». “Madame Le Pen parece haber olvidado que los microbios que tienen los extranjeros ignoran a los que tienen papeles y a los que no. Los que están sobre gente que no tiene papeles van a pasar por encima de los que tienen papeles”, se ríe, mientras su rival finge hojear los periódicos desparramados frente a ella. Incluyendo una copia de La Voix du Nord titulada: “Uno de cada cuatro norteños tentados por el voto del FN”.
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El tiempo vuela y el diálogo sigue siendo imposible. “Se acabó este debate que en realidad no lo era, pero lo habremos intentado”, lamenta David Pujadas. “Estoy bastante impresionada de ver que usted pudo comprometerse en la organización de este circo con pleno conocimiento de causa”, suspira Marine Le Pen. «En este circo, el payaso eres tú», concluye Jean-Luc Mélenchon.
Dos meses después, el que soñaba con pasar a la segunda vuelta cerrará finalmente el podio (17,90%), mientras que el que soñaba con ser el tercero acabará cuarto (11,10%). Muy por detrás de los finalistas, Nicolas Sarkozy (27,18%) y François Hollande (28,63%). No obstante, Jean-Luc Mélenchon y Marine Le Pen se reunirán unas semanas más tarde, durante las elecciones legislativas en la 11ª circunscripción de Pas-de-Calais. Elección que ninguno de los dos ganó.