Desde el compositor John Barry, con quien se casó joven, hasta su mítica pareja con Serge Gainsbourg, un repaso a las historias de amor que marcaron la vida de Jane Birkin.
Jane Birkin tenía menos de 20 años cuando se casó con el compositor John Barry, 13 años mayor que ella. Pianista y trompetista de jazz, compuso y arregló la música de un centenar de películas, entre ellas varias de James Bond. De cette union, qui avait provoqué la colère de son père, naîtra une fille: la photographe Kate Barry, morte tragiquement en 2013. Elle le quitte deux ans après de mariage, avec l’envie de vivre pleinement et d’entamer une carrière en Francia. «Amo a John, por eso me resulta tan difícil decirle que está casado con un maníaco sexual. (…) Cómo me gustaría dejar de pensar en el sexo, pero solo tengo 20 años y solo lo hice durante dos años, incluido un año en el que estuve embarazada”, había contado en sus memorias Munkey Diaries, publicadas en 2018.
Después de solicitar el divorcio, Jane Birkin deja Inglaterra para probar suerte en París. Aquí es donde conoce a Serge Gainsbourg, recién abandonado por Brigitte Bardot. Comienza una relación torturada y apasionada que durará doce años entre los dos artistas, que tienen más de 15 años de diferencia. Rápidamente, la pareja quedó fascinada por su carisma y su gusto por los escándalos. En 1971 nació su hija Charlotte. Cansada de los excesos de Serge, infiel y alcohólico, lo dejó en 1980. La separación fue rápida, casi brutal, radical. Gainsbourg vio mal la ruptura. Le dirá a la prensa: “Tuve una niña de oro, pero se salió con la suya”.
El mismo año de su ruptura con Serge Gainsbourg, inicia un romance con el cineasta Jacques Doillon. De esta relación, que durará 12 años, nace Lou, su tercera hija. Pero la figura de Serge Gainsbourg pesará sobre la pareja tal y como relata ella en sus memorias. “Sé que haga lo que haga, nunca seré feliz sin Serge. (…) ¿Es posible vivir con tres? (…) Hablamos de eso anoche. Cenamos juntos y estaba muy feliz con Jacques y Serge. (…) Y si Serge pudiera amar a Jacques, aunque ambos se fueran, yo no estaría triste ya que estarían juntos, y sé que serían felices”.
Tras romper con Jacques Doillon, se hizo amiga del escritor Olivier Rolin, a quien conoció durante un viaje humanitario a Chechenia. De esta personalidad discreta, poco presente en los medios, cuenta en 2008 en las columnas de la revista Elle haberlo apodado «Tigre». «Es un chico agradable. Creo que cruzaría el planeta para ayudarme si tuviera problemas, incluso hoy”, agregó. En las columnas de Liberation, en 2013, había confesado: «Me dije a mí misma: ‘Olivier será mi último amor'».