En Panamá, el sistema de alerta Amber ha sido vital en la búsqueda de menores reportados como desaparecidos, con casos que han conmovido a la nación. La historia de Amber Rene Hagerman, una niña de 9 años secuestrada y asesinada en Texas en 1996, marcó el inicio de esta herramienta crucial. Sin embargo, 29 años después, su crimen sigue sin resolverse, dejando un vacío de justicia en el corazón de su familia y la comunidad.

La alerta Amber, diseñada para una rápida y eficaz localización de menores desaparecidos, se ha expandido a nivel mundial, llegando incluso a Panamá el año pasado. Este sistema depende de la difusión inmediata de información a través de diversos medios, como televisión, radio, redes sociales y aplicaciones móviles, para involucrar a la comunidad en la búsqueda y recuperación de los menores.

Uno de los casos más recientes que ha sacudido al país fue el de Juan David García, un joven reportado como desaparecido por su madre. Tras días de angustiosa búsqueda, su cuerpo fue encontrado sin vida en un edificio abandonado, generando un profundo dolor en su familia y en todos los que siguieron su historia. La madre de Juan David, a cinco meses de su pérdida, aún siente que el sistema falló en proteger a su hijo debido a la burocracia existente.

La tragedia de Juan David impulsó una revisión de la ley de alerta Amber en Panamá, con la finalidad de corregir las deficiencias y agilizar los procesos para una respuesta más efectiva ante futuras desapariciones. Entre los ajustes realizados, se eliminó el requisito de esperar 24 horas para activar la alerta, permitiendo a cualquier familiar o persona cercana denunciar un caso de desaparición.

Protocolos de actuación rigurosos se ponen en marcha al activar una alerta Amber, recopilando información detallada sobre el menor desaparecido, incluyendo datos personales, características físicas, fotografías recientes y posibles sospechosos. Estos datos se difunden a través de distintos canales de comunicación, con un énfasis especial en áreas como Bocas del Toro, Chiriquí y la comarca Ngäbe Buglé, donde se reportan más alertas.

A pesar de los esfuerzos y la efectividad del sistema de alerta Amber en Panamá, aún hay 28 menores desaparecidos sin ubicar, lo que subraya la importancia de la participación comunitaria y la rápida difusión de información en estos casos. Cada día, se reportan entre cuatro y cinco menores desaparecidos en el país, lo que resalta la urgencia de mantener activo y actualizado este sistema de alerta para proteger a los más vulnerables de la sociedad.

En un país donde la seguridad de los niños es primordial, la alerta Amber se erige como una herramienta vital en la protección de los menores desaparecidos. A través de la colaboración de la comunidad, la difusión de información y la rápida respuesta ante cada caso, se busca garantizar que ningún niño más pase por el sufrimiento de la desaparición. La historia de Juan David y tantos otros menores desaparecidos nos recuerda la importancia de mantenernos alerta y unidos en la protección de nuestra niñez.