Tras los ataques de tiburones en las bahías de Numea, sigue prohibido nadar en la costa de la capital de Nueva Caledonia. Una situación que deja a la expectativa al sector turístico local, pues recuperó color tras la crisis sanitaria. De hecho, en el espacio de tres semanas entre finales de enero y febrero, se registraron tres ataques de tiburones tigre o tiburones toro, incluido un ataque mortal a un turista australiano. La alcaldesa de Nouméa, Sonia Lagarde (Renacimiento), reaccionó el 17 de marzo emitiendo una orden prohibiendo nadar hasta el 31 de diciembre, argumentando que “su responsabilidad (estaba) en juego”. La ciudad también ha lanzado una licitación para la instalación de una red antitiburones.
Los ataques “empañaron considerablemente la imagen” de Nueva Caledonia, “considerada hoy, en relación con su población, como el foco de ataques de tiburones”, lamenta el alcalde. Es cierto que “todavía es demasiado pronto para evaluar el impacto económico” de este fenómeno, indica Julie Laronde, directora general de Turismo de Nueva Caledonia (NCT). Se realizó una primera encuesta con turoperadores metropolitanos, “que no nos enviaron ninguna cancelación”, asegura el gerente.
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Pero «existe riesgo de amalgama», cree, recordando que «bañarse solo está prohibido en Numea, no en el resto de Nueva Caledonia». En una de las bahías más concurridas de la aglomeración, Maxime, gerente de un bar-restaurante, que desea permanecer en el anonimato, nota la ausencia de clientes. “Fue paulatino, pero ahí ya no tenemos ni la clientela local ni los cruceristas. Ya nadie viene a las bayas. Es triste porque después de tres años de la crisis del Covid sin turistas, tuvimos un comienzo de verano increíble”, dijo. En 2019, antes del comienzo de la epidemia, el turismo contribuía con algo menos del 5 % del PIB de Nueva Caledonia y representaba casi 4500 puestos de trabajo.
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Ante esta situación, la asamblea de la provincia sureña adoptó este viernes por unanimidad un sistema de apoyo y acompañamiento a los actores económicos que sufren las consecuencias de la veda de baño. Debería preocupar a una treintena de empresas y proveedores de servicios en la aglomeración. El plan no incluye a los hoteleros, que sin embargo podrían ser ayudados dependiendo de la evolución de sus reservas, que se espera que caigan por parte de algunos funcionarios electos.
“Los turoperadores, desde el momento en que les digan que hay prohibición de bañarse hasta el 31 de diciembre, sacarán de cotización los hoteles, porque considerarán que no tiene interés vender un hotel al borde de una playa donde no se puede bañar”. señala Gil Brial, segundo vicepresidente de la provincia austral.
La prohibición de bañarse divide a la clase política de Numea. Unidad País, uno de los grupos de oposición al consistorio municipal, denuncia «una medida desproporcionada e injustificada». “En Nouméa, no se ha hecho nada o muy poco durante cuatro años” contra los tiburones, acusa a Calédonie ensemble, otro grupo de oposición. «Las consecuencias son considerables para nuestro país», dijo. Este grupo político destaca la necesidad de retomar los estudios científicos para comprender mejor el fenómeno.
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Porque permanece en gran parte sin explicación, incluso si se ha observado que los tiburones eran más numerosos cerca de las costas de Nueva Caledonia de enero a marzo, el período de parto. El riesgo de ataque también es mayor tras fuertes lluvias, como las que experimentó el territorio del Pacífico Sur a finales de enero.
Un estudio sobre los movimientos de los grandes tiburones en las zonas costeras se inició en febrero de 2019 pero se congeló en mayo del mismo año, tras un accidente en un puerto deportivo, y finalmente se abandonó. A cargo de este estudio abortado, Laurent Vigliola, ecologista del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD), desea hoy la creación de un «espacio de diálogo que reúna a los actores de la sociedad civil, las comunidades y los científicos». “Junto a este espacio, un consejo científico podría tratar de dar respuestas a las preguntas. Eso permitiría avanzar de una manera más organizada”, quiere creer el investigador.