El espinoso tema de la nuclear belga pesa sobre las cuentas de Engie. El gigante energético francés registró una pérdida neta de 800 millones de euros en la primera mitad del año vinculada a un cargo muy pesado de 4.400 millones vinculado a la futura gestión de los residuos nucleares belgas. Excluyendo partidas excepcionales, el beneficio neto recurrente fue de 4.000 millones de euros.
Su facturación de 47.000 millones de euros aumentó un 8,9 % en comparación con el primer semestre de 2022, y el resultado operativo mostró un aumento aún mayor.
El hecho es que a principios de junio, Engie pasó una página en su historia. La energética ha llegado a un acuerdo con el Gobierno belga sobre la ampliación de dos reactores nucleares, así como sobre sus obligaciones en materia de residuos nucleares. Una firma que equilibra años de tensión entre las dos partes y que aún le costará a Engie 23.000 millones de euros.