El influyente fiscal general de Texas, Ken Paxton, gran enemigo de Joe Biden en los tribunales, corre el riesgo de ser acusado por corrupción, que será objeto de una primera votación en el Congreso el sábado. Une commission d’enquête parlementaire a adopté jeudi à l’unanimité vingt chefs d’accusation contre l’«attorney general» – équivalent du ministre de la Justice du Texas – pour corruption, mauvais usage de fonds publics, fausses déclarations ou encore entrave à la justicia.
La acusación se relaciona con la presión ejercida por Ken Paxton sobre sus equipos para proteger a un amigo y donante de los procedimientos legales. A cambio, este último dio trabajo a una amante del republicano y financió trabajos en su casa, detalla el documento.
El texto deberá ser presentado el sábado a los representantes electos de la Cámara de Representantes de este vasto estado del sur de Estados Unidos, quienes deberán pronunciarse tras cuatro horas de debate. Si es aprobado por una mayoría simple de funcionarios electos, Ken Paxton será enviado a juicio en el Senado de Texas. Entonces será necesario que dos tercios de los funcionarios electos (entre los que se encuentra su esposa) estén de acuerdo en destituirlo.
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Este ultraconservador de 60 años, cercano al expresidente Donald Trump, está dividido en su propio campo y el resultado de estas votaciones es muy incierto. Elegido en 2014 para dirigir el sistema judicial de Texas, desde entonces ha sido objeto de una acusación por fraude financiero, que sigue pendiente. Esto no impidió que fuera reelecto en 2018 y luego en 2022.
En ese cargo presentó medio centenar de denuncias contra la gestión del presidente demócrata Joe Biden, impugnando entre otras cosas su política migratoria, fiscal o medioambiental, recordó este viernes a la prensa.
En esta ocasión, denunció un procedimiento “ilegal”, “vergonzoso” e “injusto” y llamó a sus seguidores a manifestarse el sábado frente al Congreso de Texas, en Austin, en el momento de la votación. “La Cámara está lista para hacer algo que Joe Biden esperaba desde que asumió el cargo: sabotear mi trabajo”, agregó.
En 2020, miembros de su equipo alertaron sobre su abuso de poder. Tras ser despedidos, estos «denunciantes» interpusieron una denuncia por despido improcedente. A principios de este año, Ken Paxton llegó a un acuerdo para poner fin a sus demandas a cambio de 3,3 millones de dólares. Le pidió a Texas que pagara la cuenta. Esto es lo que justificó la apertura de una investigación parlamentaria y lo que podría acelerar su caída.