Cuatro dormitorios, un gimnasio… La casa, presentada el martes 11 de abril por la NASA, parece banal pero, a partir de junio, cuatro personas estarán confinadas allí durante más de un año para simular la vida en Marte. El hábitat, llamado Mars Dune Alpha, está ubicado en el centro de investigación de la Agencia Espacial de EE. UU. en Houston, Texas.
Quienes lo habitan ayudarán a prepararse para una futura misión al Planeta Rojo. Al medir su desempeño y habilidades cognitivas, la NASA comprenderá mejor los «recursos» que se deben proporcionar durante este ambicioso viaje, explica Grace Douglas, gerente del programa CHAPEA, que supervisa este experimento. Un punto crucial, dado «los límites de peso muy restrictivos que se pueden enviar en estas misiones», añade.
La casa de 160 metros cuadrados cuenta con una finca vertical para el cultivo de ensaladas, una sala dedicada a procedimientos médicos, un área de relajación y estaciones de trabajo. Una esclusa de aire conduce a una reconstrucción del entorno marciano. En el suelo de arena roja hay una estación meteorológica, un aparato para fabricar ladrillos, un pequeño invernadero y una cinta de correr sobre la que los astronautas imaginarios caminarán suspendidos de correas. «No podemos hacerlos caminar en círculos durante seis horas», sonríe Suzanne Bell, a cargo del programa «Laboratorio de rendimiento y salud del comportamiento» de la NASA. Según ella, esta estera reproducirá el esfuerzo requerido para la actividad física en Marte, pero también para recolectar muestras, recopilar información o incluso construir.
Aún no se conocen los nombres de los presos voluntarios, pero ya sabemos que el equipo no estará integrado por astronautas. Estarán bajo estrés de manera regular, con restricciones de agua o fallas en el equipo.
Esta casa tiene otra particularidad: fue impresa en 3D. «Esta es una de las tecnologías que la NASA está estudiando para construir potencialmente hábitats en la superficie de otros planetas o en la Luna», dice Grace Douglas. La agencia espacial prepara un viaje de ida y vuelta a Marte, pero la gran salida no es por ahora. Este viaje, que duraría varios años, podría darse «a finales de la década de 2030», según el jefe de la NASA, Bill Nelson.