Cinco años después de la pandemia de la covid-19 en Panamá, las lecciones aprendidas siguen resonando en la memoria colectiva de un país marcado por la tragedia y la resiliencia. Fue un 9 de marzo de 2020 cuando la exministra de Salud, Rosario Turner, anunció al país el primer caso de covid-19. Al día siguiente, se confirmó la primera muerte por el virus y Panamá se sumió en un confinamiento total, enfrentando al enemigo más mortal al que los panameños y la humanidad reciente se habían enfrentado.
La realidad nunca antes vista se materializó de la noche a la mañana. Las calles quedaron desiertas, los colegios cerraron y la mayoría de trabajadores se vieron obligados a quedarse en casa, excepto aquellos cuyos trabajos los exponían al riesgo. Surgieron las mascarillas, las pantallas faciales, los hisopados, el teletrabajo y la virtualidad, llevando consigo devastadores efectos en la economía, el desempleo, los hospitales y la salud mental.
El impacto psicológico de la pandemia no pasó desapercibido para los panameños, quienes enfrentaron la incertidumbre y el miedo a lo desconocido. “Nos quitaron el trabajo y bueno, de ahí para acá ha sido un poco difícil”, expresó un ciudadano, reflejando las difíciles circunstancias a las que muchos se vieron enfrentados. La comunidad científica trabajaba incansablemente para desarrollar una vacuna, la cual llegó a Panamá en enero de 2021.
El Ministerio de Salud reportó más de un millón de contagios y 8600 fallecimientos por covid-19 en Panamá, dejando una huella imborrable en la población. El epidemiólogo Arturo Rebollón destacó que la pandemia había cambiado para siempre la forma en que vivimos, instando a la población a mantener las medidas de prevención incluso en tiempos de calma.
La colaboración entre gobiernos y la comunidad científica fue fundamental para acelerar el desarrollo tecnológico y científico durante la pandemia. “Las redes de colaboración son la clave para impulsar la innovación en nuestros países”, señaló un experto, resaltando la importancia de la cooperación internacional en tiempos de crisis.
En 2023, la Organización Mundial de la Salud declaró el fin de la pandemia, poniendo fin a un capítulo oscuro en la historia de la humanidad. Sin embargo, las cicatrices emocionales y sociales perdurarían mucho tiempo después de que el virus hubiera desaparecido. La pandemia sacó a relucir las debilidades educativas, económicas, sociales y políticas de la sociedad panameña, dejando al descubierto la fragilidad de un sistema que creíamos sólido.
A medida que nos acercamos al quinto aniversario de la pandemia, es crucial recordar las lecciones aprendidas y prepararnos para futuras crisis. La pandemia de la covid-19 demostró que ningún país está a salvo de una emergencia sanitaria global y que la colaboración internacional es clave para superar los desafíos que se presentan en el camino. Cinco años después, ¿estamos realmente listos para enfrentar lo que venga?
Fabio Caballero, una voz experta en el tema, señaló la importancia de reflexionar sobre las lecciones aprendidas durante la pandemia y de estar preparados para futuros desafíos. Su experiencia y conocimiento en el campo de la salud pública brindan una perspectiva valiosa sobre el impacto duradero de la covid-19 en la sociedad panameña y en el mundo en general.