La cadena agroalimentaria de papa y cebolla en Ciudad de Panamá, Panamá, ha asumido una responsabilidad crucial en la aprobación de la importación de estos productos, a pesar de que las autoridades agropecuarias deberían ser las encargadas de esta tarea. Pedro Acosta Insturaín, presidente de la Unión Nacional de Consumidores de la República de Panamá, destaca que estas cadenas son entidades consultivas y no ejecutivas, lo que a menudo puede obstaculizar la capacidad de elección de los consumidores.
La ley de Política Agroalimentaria de Estado (Pade) ha sido objeto de controversia, ya que se ha convertido en un punto de conflicto en el sector agropecuario. La cadena de papa y cebolla, en particular, ha sido señalada como una barrera para que los consumidores puedan elegir entre productos nacionales e importados, lo que afecta directamente a los agricultores locales que pagan impuestos.
En cuanto a la producción de leche grado C, se observa una decadencia significativa en este sector. La falta de nuevas variedades de semillas de papa ha contribuido a una baja producción, agravada por eventos climáticos. En promedio, en Panamá se estima un consumo per cápita de 14.3 kilogramos de papa al año.
### Producción de leche grado C, en franca decadencia
Los problemas en la producción de papa se han visto exacerbados por la utilización de semillas obsoletas, lo que ha llevado a una disminución en el rendimiento de los cultivos. La variedad Granola, que es la más comúnmente sembrada, ha mostrado signos de deterioro, lo que ha impactado negativamente en los costos de producción y la rentabilidad de los agricultores. La falta de nuevas variedades con mayor rendimiento y resistencia a plagas ha sido un desafío para el sector.
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En el Instituto de Innovación Agropecuaria (Idiap), se reconoce la necesidad de desarrollar nuevas variedades de semillas de papa para mejorar la productividad y la calidad de los cultivos. Sin embargo, la falta de certificación de semillas de buena calidad ha sido un obstáculo para la industria agrícola en Panamá. La introducción de la variedad Golden Globe, con un mayor rendimiento que la Granola, ha generado expectativas, pero se necesita una mayor transparencia en el proceso para garantizar su efectividad.
Según Rodrigo Araúz, un arrocero local, la demora en el desarrollo de nuevas variedades de semillas es un problema generalizado en Panamá. En comparación con países como Colombia y Brasil, donde se liberan nuevas variedades de cultivos anualmente, en Panamá se tarda hasta siete u ocho años en desarrollar una sola variedad, lo que a menudo no cumple con las expectativas de los agricultores.
Las cadenas agroalimentarias, como entidades consultivas, desempeñan un papel fundamental en la producción agrícola de Panamá. Sin embargo, es necesario garantizar que estas cadenas no obstaculicen la capacidad de elección de los consumidores y fomenten la innovación y el desarrollo en el sector agropecuario.