El presidente iraní, Ebrahim Raisi, cuyo país apoya firmemente al gobierno sirio, visitará Damasco el 3 de mayo por primera vez desde el comienzo de la guerra en 2011, ya que Siria busca financiar la reconstrucción. Es la primera visita de un presidente iraní a Siria desde 2010, aunque Teherán ha brindado apoyo económico, político y militar al régimen del presidente Bashar al-Assad, ayudando a inclinar el conflicto a favor de Damasco.
Atraer capitales para financiar la reconstrucción del país con su infraestructura devastada es una prioridad para el gobierno, ya que sus fuerzas han reconquistado la mayor parte de los territorios perdidos al inicio de la guerra. Esta visita oficial de dos días se produce en un contexto de calentamiento diplomático en la región, marcado por el deshielo de las relaciones entre los dos pesos pesados de Oriente Medio, Arabia Saudí e Irán.
El portavoz del gobierno iraní, Ali Bahadori Jahromi, dijo que el viaje, por invitación del presidente Assad, era de «importancia estratégica» para ambos países y que su objetivo era «económico». “Los dos países han cooperado con éxito en los campos de la seguridad y la lucha contra el terrorismo”, y “también pueden cooperar durante la reconstrucción” de Siria, agregó. Ebrahim Raisi se reunirá con Bashar al-Assad y discutirá las relaciones bilaterales, los asuntos económicos y políticos y los «desarrollos positivos» a nivel diplomático regional, según la agencia oficial siria Sana. Según el diario oficialista sirio Al Watan, se espera que el presidente iraní visite varios barrios de Damasco.
Desde el comienzo del conflicto, Teherán envió soldados a quienes describe como asesores, en apoyo del ejército sirio. Irán apoya a grupos extranjeros afiliados a él que han luchado junto a las fuerzas gubernamentales, incluido el poderoso Hezbolá chiíta libanés. Desde 2013, Irán también ha abierto líneas de crédito, en particular para garantizar las necesidades de petróleo de Siria, afectada por un embargo internacional. Damasco y Teherán firmaron además acuerdos bilaterales a principios de 2019 en varias áreas, una de las cuales incluía la inauguración de nuevos puertos en las ciudades costeras de Latakia y Tartous. Según Al Watan, se deben firmar «numerosos acuerdos y memorandos de entendimiento», particularmente en el campo de la energía. El diario agregó que se debe negociar una nueva línea de crédito para invertir en el sector eléctrico, en un país donde se puede cortar la luz hasta veinte horas diarias.
“La parte iraní se ha presentado fuertemente como contribuyente a la fase de reconstrucción”, dijo a la AFP el analista político sirio Oussama Dannoura. «La visita arrojará importantes resultados económicos y el foco podría estar en estrategias económicas de largo plazo», agregó, y consideró que «abrirá una nueva página en las estrechas relaciones entre los dos países».
El inesperado acercamiento entre Arabia Saudí e Irán beneficia a Bashar al-Assad, que intenta acabar con más de una década de aislamiento diplomático. Varias capitales árabes durante mucho tiempo hostiles al régimen de Damasco, incluida Riad, han regresado recientemente a él, especialmente después del devastador terremoto de febrero en Turquía y Siria. La visita de Ebrahim Raïsi «se hizo más apropiada tras la reconciliación saudí-iraní», que, subraya Oussama Dannoura, «tuvo un impacto en todos los focos de tensión aún existentes» en la región.
El último presidente iraní en visitar Damasco fue Mahmoud Ahmadinejad, en septiembre de 2010, antes de la guerra en Siria que dejó cerca de medio millón de muertos. El presidente Assad visitó Irán en mayo de 2022, por segunda vez desde el comienzo de la guerra.