El Olympia, el Moulin Rouge y el Paris Mutuel tienen el mismo padre, Joseph Oller. A finales del siglo XIX, este empresario era el rey de las fiestas en París. Inspirándose en las peleas de gallos donde se apuesta dinero que veía en España, tuvo la idea de poner a la venta las primeras entradas de lo que se convirtió en el PMU.

En 1889 celebró la Exposición Universal creando el Moulin Rouge, que convirtió en el primer palacio para mujeres. El 12 de abril de 1893 volvió a innovar al inaugurar una sala de espectáculos donde, aseguró, el lujo y la belleza superarían todo lo visto en París. En el bulevar de los Capucines, en el lugar de un parque de atracciones, Les Montagnes Russes, del que también fue el creador, construyó lo que llamó un “cobertizo de música”. La fórmula no parecía especialmente contundente para atraer al público, tuvo la idea de buscar su equivalente en inglés. Sin hablar una palabra del idioma de Shakespeare, preguntó y descubrió que «hangar» podría traducirse como «sala». Así acuñó la expresión “music hall”.

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En 1929, como muchos otros lugares de París, el Olympia se convirtió en cine, dirigido por Jacques Haïk. Cuando murió en 1953, su viuda se preguntó por el futuro de esta habitación, que no sabía qué hacer con ella. Se lo cuenta a su jefe, quien le susurra la información a uno de sus compañeros que trabaja en la Comédie-Caumartin, en la calle vecina. Este último lo confía a Bruno Coquatrix, director de este teatro. Es músico, director de orquesta, compositor y empresario. Así, ayudó brevemente a Môme Piaf, en 1936, cuando fue acusada injustamente de complicidad en el asesinato de Louis Leflée, su mentor.

Habiendo soñado siempre con un lugar dedicado a la canción, inmediatamente pidió una reunión con Madame Haïk. Rápidamente se llegó a un acuerdo y, con la ayuda de amigos y compañeros que le prestaron el dinero necesario, se convirtió en propietario de L’Olympia. El 5 de febrero de 1954, la orquesta de Lucienne Delyle y Aimé Barelli abrió el baile, con un desconocido llamado Gilbert Bécaud como telonero. Luego triunfará en este escenario 33 veces. “Mr.100.000 Volts” forma parte de la leyenda de una sala que, 130 años después de su apertura, sigue estando decididamente de moda.