Era un lugar de prestigio y autoridad desde el que irradiaban las órdenes, los cánticos y los efluvios asados de banquetes desmesurados. Una gran sala de la era vikinga ha sido excavada desde fines del año pasado, cerca del pueblo danés de Hune, en el norte de la península de Jutlandia. Las considerables proporciones del edificio, de 40 metros de largo por un ancho estimado de 10 a 12 metros, sorprendieron a los arqueólogos que desenterraron el sitio.
“Este es el mayor descubrimiento de la Era Vikinga que hemos identificado en más de diez años”, indicó en diciembre en un comunicado de prensa Thomas Rune Knudsen, responsable de la operación arqueológica encomendada a un equipo de los Museos del Norte de Jutlandia. Según él, la sala probablemente estaba ubicada cerca de otros edificios, incluso de una aldea, “porque es raro que una estructura así esté aislada”.
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Esta gran residencia vikinga era una especie de mansión que servía como lugar de prestigio, poder y sociabilidad guerrera. Si este modelo de hábitat privilegiado está documentado antes del inicio de la era vikinga, tradicionalmente situado a finales del siglo VIII, su volumen se desarrolla a lo largo del tiempo. Según los investigadores daneses, la estructura estudiada en Hune se asemeja a las salas excavadas en Fyrkat y Aggersborg, dos fortalezas escandinavas construidas en el siglo X, durante el reinado del rey Harald con el diente azul, hacia el final de la era vikinga.
Mejor aún, los arqueólogos creen conocer el nombre exacto del dueño de este gran salón. Su hipótesis se origina no lejos del sitio, en la iglesia de Hune. Una piedra rúnica, erigida hace más de un milenio, se encuentra allí apretada, encerrada durante siglos en un rincón del edificio en el que se trasladó. La inscripción tallada en la roca oscura menciona a un tal Runulv den Rådsnilde, a quien sus tres hijos dedicaron el monumento.
Sin embargo, la piedra rúnica data de los años 970-1020. Aunque el monumento escandinavo se ha movido desde su construcción, los arqueólogos en Jutlandia creen que debe haber venido de los alrededores, no obstante. Esto convertiría así a Runulv den Rådsnilde en un posible señor local del siglo X y, por extensión, en uno de los posibles propietarios del gran salón de Hune. La pista, atractiva, sigue siendo sin embargo «difícil de probar», reconoce el arqueólogo Thomas Rune Knudsen.
La multiplicación de grandes salas vikingas a partir del siglo X procede, en Dinamarca, de la progresiva afirmación de un poder real centralizado bajo el reinado de Harald con el diente azul. El rey se convirtió al cristianismo en el año 960 y emprendió una intensa labor de fortificación de su reino. Su hijo Sven con la barba bifurcada lo sucedió en 986 y se convirtió en el primer gobernante escandinavo en acuñar monedas. Los exámenes de carbono 14 deberían permitir a los arqueólogos daneses fechar el sitio de Hune con más precisión antes de fin de año.