Bajo un calor abrumador, Valentin Oddo, de 31 años, se ofrece como voluntario para participar en los talleres “han-situation” que tienen como objetivo comprender las limitaciones vinculadas a las discapacidades, una iniciativa sin precedentes del festival Terres du Son, cerca de Tours. Bajo los barnums, la agencia especializada Com une difference, en el origen del proyecto, le pide que extraiga una desventaja de las seis propuestas. Para Valentín, será: “ir al baño en silla de ruedas”.
El treintañero se acomoda en la silla. Y durante un cuarto de hora, se enfrenta a las dificultades que se encuentran al descender o ascender por una rampa de acceso. Se mueve entre los espectadores por los carriles de circulación de plástico, siempre que no pase por la hierba del prado. «¡No pensé que fuera tan físico! Con los baches y las elevaciones, a veces es una carrera de obstáculos”, se sorprende Valentín. En su camino, los asistentes al festival descubren para qué sirven las alfombrillas.
Alice, 18 ans, qui s’était assise dessus en attendant l’arrivée sur scène du chanteur Orelsan, se lève spontanément : «Je ne savais pas qu’ils servent à la circulation des personnes à mobilité réduite», s’excuse-t -ella. Para Cyril Bart, fundador de Com une difference, este es uno de los objetivos de estos talleres. “Muchas soluciones como pasarelas son ignoradas por los espectadores. Queremos sensibilizarlos para que integren mejor la situación de las personas con discapacidad en el festival”, explica. Cyril Bart especifica que ciertas situaciones de handicap no siempre son visibles. Las enfermedades, como la diabetes, pueden ser muy debilitantes. Las personas pueden tener dificultades auditivas o visuales sin ser sordas o ciegas.
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“El 80% de las discapacidades son invisibles. El comportamiento de quienes son portadores puede sorprender. Gracias a estas acciones en los festivales, y a estos talleres, que son pioneros en Francia, llegamos a un público joven que será más benévolo porque tendrá los conocimientos necesarios”, dice. Mathieu Robin gestiona los problemas de accesibilidad en el evento. Él mismo sufre de una enfermedad ósea, cree que demasiadas personas con discapacidad no se permiten ir a los festivales.
“Este año, un profesional está haciendo audiodescripción para personas con discapacidad visual. Los chalecos vibradores, que le permiten sentir las vibraciones, se distribuyen a las personas con discapacidad auditiva. Un área de recepción de relajación está disponible. Se dedica un lugar seguro a tomar medicamentos e inyecciones”, enumera. El equipo de «Accesibilidad y Discapacidad» del festival moviliza una treintena de voluntarios todos los días de 11 a 3 horas.
“También hemos habilitado una línea telefónica dedicada para que los asistentes al festival puedan especificar sus necesidades con anticipación. Y para que podamos adaptarnos a ellos y darles una respuesta lo más rápido posible”, añade Julien Macou, que co-construye los planes de acción RSO (Responsabilidad Social Corporativa) en el corazón de la organización del festival. El festival Terres du Son, cuya edición de 2023 se celebró del 7 al 9 de julio en Monts (Indre-et-Loire), trabaja todo el año con más de quince estructuras médico-sociales.