«Su Majestad el Rey desea otorgarle la Medalla del Imperio Británico». Podemos imaginar la emoción de Nicolas Bucourt, un normando de 38 años, cuando recibió esta llamada telefónica de la embajada británica anunciándole que iba a ser condecorado con la medalla del Imperio Británico.

Fue el pasado mes de julio, el embajador adjunto del Reino Unido se puso en contacto con él en nombre del rey Carlos III, tras enterarse de su trabajo de memoria en la Operación Biting, más conocida en Francia como la incursión de Bruneval. Este diseñador gráfico por ordenador profesional, apasionado de la historia, lleva 20 años investigando este acontecimiento poco conocido de la Segunda Guerra Mundial. La operación, que tuvo lugar la noche del 27 al 28 de febrero de 1942, movilizó a cerca de 120 paracaidistas de la Royal Air Force (Fuerza Aérea Británica) en Normandía, para una misión de reconocimiento de los radares alemanes. Los soldados desembarcaron en la playa de Saint-Jouin-Bruneval (Sena Marítimo), un lugar que Nicolas Bucourt conoce bien ya que creció en Heuqueville, un pueblo vecino.

“En la región, cuando éramos pequeños, tocábamos en los blocaos de los alrededores”, recuerda Nicolas Bucourt a BFM TV. Todavía recuerda la primera vez que descubrió el monumento dedicado: “En aquella época era un monumento sencillo, sin paneles explicativos”, explica a Le Figaro. Esta misión “fue contada entre los ancianos de los pueblos de los alrededores (…) Recuerdo al señor Etu, en mi pueblo, que nos explicó que en febrero de 1942 había sido encerrado con todos los hombres de su pueblo en un habitación el día después del ataque, para evitar que ayudaran a los paracaidistas perdidos.

Luego emprendió su propia investigación, a la edad de 18 años, y conoció a las familias de los veteranos de esta incursión (que dejó dos muertos en el campo inglés). También conoció a Alain Millet, otro entusiasta de la redada de Bruneval, que se dedicaba a ella desde los años 1970 (ya ha fallecido). Juntos publicaron Raid de Bruneval et de la Poterie – Cap d’Antifer, Mystères et vérités, en 2012. El mismo año, el municipio de Saint-Jean-de-Bruneval inauguró un monumento basado en la documentación recopilada por Alain Millet.

Desde hace veinte años, Nicolas Bucourt colecciona fotografías, documentos y objetos que exponen en los museos locales, pero espera poder abrir un museo enteramente dedicado al ataque de Bruneval. “¡Mi sueño sería tener uno algún día!”, confiesa este treintañero con una sonrisa. Mientras tanto, alimenta un museo digital en las redes sociales, donde enumera todo lo que ha logrado encontrar a lo largo de los años sobre este capítulo poco conocido de la Historia.

Aunque logró reconstruir las líneas principales de la operación, Nicolas Bucourt continúa su investigación. “Siempre quedan pequeñas historias sin resolver y siempre encontramos información adicional”, explica. Ahora, lo que encuentro me permite enriquecer cada vez más la historia”.

En octubre, después de cuatro meses de secreto, recibió oficialmente la B.E.M (Medalla del Imperio Británico) por sus servicios meritorios. Será recibido en los próximos meses en la Embajada británica en Francia, para recibir su medalla. Una ceremonia que debería celebrarse sin el rey Carlos III, que probablemente no realizará el viaje.