El Premio Internacional de Literatura Berman premió la obra de la novelista y poeta rusa María Stepanova, En memoria de la memoria (traducida al francés por Stock). Le fue entregado el lunes 23 de octubre en Estocolmo durante una ceremonia oficial. Está dotado con 750.000 coronas, el equivalente a casi 64.000 euros. El jurado elogió su “prosa sinuosa y finamente afinada, que da vida a imágenes, objetos, lugares y documentos, en una evocación del poder transformador de la memoria, tanto para los individuos como para las comunidades olvidadas por la historia”.

Maria Stepanova, de 51 años y exiliada entre Berlín y París, es la tercera ganadora del Premio Berman, creado en 2021 por una pareja de mecenas suecos, Thomas y Catharina Berman. Este premio lo habían coronado anteriormente el novelista israelí David Grossman por La vida juega conmigo, primer autor premiado, y el húngaro Péter Nadas, en 2022.

Este premio pretende destacar “obras literarias encaminadas a explorar la riqueza de la cultura judía, más allá de épocas y otras culturas, y ello, a través de los valores universales de la humanidad”.

Amplia saga familiar centrada en el mundo eslavo y la cultura judía, traducida en una treintena de países, En memoria de la memoria se presenta como una forma de docuficción torrencial que abarca casi un siglo y se describe como un «deber de memoria». Allí encontramos la exploración de sus raíces personales a través de la evocación de hechos históricos y los destinos rotos de escritores perseguidos como Boris Pasternak, Marina Tsvetaeva u Ossip Mandelstam.

En su discurso de recepción, dijo: “Hoy, cuando los fantasmas resurgen, cualquier interpretación del pasado y del presente puede convertirse en dogma, si uno está dispuesto a matar en su nombre. La guerra emprendida por Rusia contra Ucrania es, en particular, una guerra de memoria, un intento de presentar una versión unilateral de la Historia, con la ayuda de tanques y bombas, que siembran la muerte. Y me resulta aterrador pensar en las versiones que podrían sucederle. Hasta ahora, había pasado toda mi vida en un mundo de posguerra, un mundo surgido tras la Catástrofe [Nota del editor: expresión rusa para la Shoah], y la aniquilación de millones de vidas, en nombre de una El futuro que nos prometieron era mejor. Y perfecto”.