«Está prometido, este año lo vamos a hacer breve», canta Alexis Michalik, que llega al escenario del teatro de París caminando a paso rápido, rodeado de una pequeña compañía al son de la música de Thierry Boulanger, el director de orquesta. de Productores. El maestro de ceremonias puso de inmediato el tono lúdico de esta 34ª ceremonia. “Sobre todo, debe durar menos de dos horas, lo haremos más corto que los Césares. En el teatro no es como en el cine, no puedes empezar la toma dos veces.
El autor, actor y director advirtió a los ganadores que la música interrumpiría su agradecimiento después de unos minutos. Marie Gillain y Alex Vizorek otorgan el Molière de las revelaciones: Lison Pennec, prima de Glenn Gould en Glenn, nacimiento de un prodigio de Yvan Calbérac y Thomas Gendronneau que interpreta el papel principal.
El Molière al mejor actor de teatro privado fue para Thierry Lopez por su actuación en Forget me de Matthew Saeger. Saludó a su pareja Marie-Julie Baup.
Por el lado del teatro público, fue otorgado a Christian Hecq por su papel de Monsieur Jourdain en Le Bourgeois Gentilhomme de Molière en la Comédie-Française. Con su pareja en el escenario y en la ciudad Valérie Lesort, por la misma obra, también recibió el de la puesta en escena del teatro público y finalmente el del mejor espectáculo. “¡Tu jefe!”, dijo Éric Ruf, el administrador general de la casa de Molière.
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«¡No, Blanche Gardin no estaba disponible!», lanzó Marina Rollman, antes de otorgar el Molière al humor a Laura Felpin. La joven de 30 años compartió su premio con Florence Foresti. Su hijo mayor, Pierre Richard, fue aplaudido durante largo rato cuando entró en plató para entregar el Molière de la única sobre el escenario a Sylvie Testud por Todos sabían, de Valérie Bacot. “¡Valérie, esto es para ti!”, dijo la rubia actriz. «He terminado ?» preguntó el Rubio Alto del zapato negro.
“Estamos en el extremo correcto, ¡aplausos!”, recomendó Alexis Michalik, con muchas ganas de no exceder las dos horas previstas. Pero el programa se emitió con unos cuarenta minutos de retraso. Así, el espectador no vio marcharse con las manos vacías a Michel Fau, ni su diatriba contra las dos sindicalistas movilizadas contra la reforma de las pensiones a las que Alexis Michalik invitó a pasar al plató. El actor fue abucheado por la sala.
Detenida, la ministra de Cultura Rima Abdul Malak salió de su silencio. Sentada junto a Jean-Marc Dumontet, presidente de los Molières, agarró un micrófono que curiosamente estaba al alcance de la mano y con calma respondió que nunca había defendido tanto la cultura, que la ayuda había sido cuantiosa durante la pandemia. Agregó que en varias ocasiones ha propuesto nombramientos a organizaciones sindicales. “Mi puerta permanece abierta”, finalizó.
La ceremonia siguió su curso. Una idea brillante, de y con Sébastien Castro, ganó el Molière a la comedia. Thomas Jolly, futuro director artístico de los Juegos Olímpicos de 2024, otorgó el Molière a la mejor dirección de teatro privado a Marie-Julie Baup y Thierry Lopez por Oublie-moi. Antes de recibir dos en turno para Starmania (espectáculo musical y creación visual y sonora). Agradeció a Luc Plamondon presente en el escenario ya Michel Berger.
Triunfó el espectáculo Oublie-moi, con un cuarto premio al mejor espectáculo de teatro privado (en el teatro Saint-Martin hasta finales de junio y luego en La Bruyère).
Irina Brook, hija de Peter Brook, rindió homenaje al difunto director en julio de 2022. «Dijo que el teatro se trataba de estar juntos». Aïda Asgharzadeh agradeció a sus padres tras recibir el Molière por la pieza francófona de The Persian Dolls, espectáculo estrenado en el último festival Avignon Off. “Debemos apoyar la revolución iraní actual”, dijo Aïda Asgharzadeh junto al comediante Kyan Khojandi. Luego, el dúo otorgó el Molière a la mejor actriz en el teatro privado a Marie-Julie Baup (el tercer trofeo de la velada).
Sara Giraudeau fue la ganadora de la mejor actriz de teatro público con Le Syndrome de l’oiseau de Pierre Tré-Hardy, inspirada en el asunto de Natacha Kampush. Con lágrimas en los ojos, la actriz saludó, sin nombrarlo, a su padre Bernard Giraudeau y a su madre, Anny Duperey, conmovida.
Alexis Michalik ganó prácticamente su apuesta, engalanó la velada con cortometrajes de humor, intervenciones de humoristas (Florent Peyre, Nicole Ferroni,…), canción -Need for love interpretada y bailada por la Drag troupe Race-, a partir de un extracto de el musical Leyendas Negras.
“No dijimos, nada de política”, recordó tras la inoportuna intervención de Jean-Marc Dumontet que optó por defender al Gobierno. Lo importante estaba en otra parte esta noche: a pesar de las diversas interrupciones, el teatro era una fiesta.