El fabricante de automóviles japonés Daihatsu, filial de Toyota, anunció el miércoles la suspensión temporal de las entregas de todos sus modelos de vehículos después de que una investigación independiente identificara numerosos hechos de «falsificación» de sus pruebas de seguridad. Daihatsu admitió en abril y mayo pasados haber falsificado los resultados de las pruebas de choque de seis de sus modelos, y se creó una comisión independiente para investigar con el fin de «aclarar completamente la naturaleza de las irregularidades e identificar en profundidad su causa».
Según su informe publicado el miércoles, la investigación identificó 174 irregularidades entre 25 categorías de pruebas, además de las identificadas la primavera pasada. Estas irregularidades afectan a un total de 64 modelos de vehículos, incluidos los fabricados por encargo de Toyota, Mazda y Subaru. Como resultado, Daihatsu ha decidido «suspender temporalmente las entregas de todos los modelos desarrollados por Daihatsu y actualmente en producción en Japón y en el extranjero».
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Toyota también emitió un comunicado expresando sus “sinceras disculpas por las molestias y la preocupación que esta situación ha causado”, y también anunció que suspendería la entrega de los modelos afectados. Está previsto que el presidente de Daihatsu y los funcionarios de Toyota ofrezcan una conferencia de prensa el miércoles por la tarde.
Daihatsu admitió en abril pasado haber falsificado los resultados de las pruebas de choque de cuatro de sus modelos, correspondientes a un total de 88.000 vehículos fabricados en Tailandia y Malasia en 2022 y 2023. Luego, en mayo, anunció el cese de la producción en Japón de dos modelos de vehículos híbridos debido a a “irregularidades” similares, incluida la del SUV Toyota Raize, fabricado por encargo de su empresa matriz.
Fundada en 1907 para fabricar motores de combustión interna, la empresa con sede en Osaka (oeste de Japón) lanzó su primer vehículo de tres ruedas en 1931. En 1967 pasó a estar bajo el control de Toyota.
