El ministro de Sanidad prometió “reabrir camas” para aliviar el hospital, pero su “lucha” promete ser dura. En 2022 se cerraron más de 6.700 camas de hospitalización completas, continuando el descenso observado en los últimos veinte años. Al 31 de diciembre de 2022, los 2.976 hospitales públicos y privados tenían exactamente 374.290 camas de hospitalización completas, o 6.713 menos que el año anterior (-1,8%), según el informe del departamento de estadística de los Ministerios Sociales (Drees) publicado el miércoles.
Los establecimientos sanitarios han creado, al mismo tiempo, 2.591 plazas de hospitalización parcial, sin pernoctación en el establecimiento (3,1%), hasta un total de 85.015 plazas. A diferencia de una cama, un “lugar” de día normalmente puede acomodar a varios pacientes diarios. Estas cifras, observadas tanto en el sector público como en el privado, ilustran “una tendencia observada desde hace varios años”, que “refleja el deseo” de las autoridades públicas de reorganizar la oferta de atención hospitalaria hacia una atención más “ambulatoria”, pero también la escasez de personal, que “no permite el mantenimiento de las camas”, según los autores del estudio.
Desde finales de 2013, se han eliminado un total de 39.000 camas de hospitalización completa (-9,4% en nueve años) y se han creado 17.400 plazas de hospitalización parcial. El colapso de la capacidad también ha sido casi constante desde principios de los años 2000, según los datos disponibles en el sitio web del Irdes (Instituto de Investigación y Documentación en Economía de la Salud). Los sanitarios denuncian periódicamente estos cierres de camas, que saturan los servicios, presionan a los equipos y aumentan las tensiones en los servicios de urgencia.
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“Mi única lucha por el hospital público es la reapertura de las camas, aunque esto no sea una muy buena noticia para Ondam (Objetivo Nacional de Gasto en Seguros de Salud)”, afirmó el ministro de Salud Aurélien Rousseau durante una audiencia a mediados de octubre. en la Asamblea Nacional. Si las camas cierran, según él, “no es por motivos presupuestarios”, es por “falta de atractivo” de las profesiones asistenciales. Y el Gobierno no se queda “de brazos cruzados”, defendió, refiriéndose a los grandes presupuestos asignados durante el Ségur de la Santé, o a los recientes aumentos del trabajo nocturno.
A finales de noviembre prometió “reabrir varios miles de camas antes de fin de año”. En total, se eliminaron cerca de 29.800 camas durante el período comprendido entre finales de 2016 y finales de 2022, correspondientes principalmente a la presidencia de Emmanuel Macron. Esto es mucho más que bajo su predecesor François Hollande (-15.000 entre finales de 2012 y finales de 2017), pero significativamente menos que durante el mandato de cinco años de Nicolas Sarkozy (-37.000).
La capacidad también ha disminuido «más rápidamente» desde 2020 que antes de la epidemia de Covid-19, señala Drees en su estudio. La crisis sanitaria puede “explicar un mayor descenso”, debido en particular a la reasignación temporal del personal de cuidados intensivos, a la desprogramación de los cuidados o incluso a la transformación de habitaciones dobles en habitaciones individuales. Sin embargo, el descenso observado en 2022 es el “más acusado”, señalan los autores. La hospitalización domiciliaria (HAD) vio aumentar su capacidad un 1,6%, tras un “salto” del 10,5% en 2020, y del 6,8% en 2021.