El Reino Unido ha conseguido una inversión del gigante indio Tata, propietario de Jaguar Land Rover, en una gigafábrica de baterías eléctricas de ‘más de 4.000 millones de libras esterlinas’, que acelerará la descarbonización de su industria automovilística. Este proyecto representa una victoria política para Downing Street, que había estado negociando durante nueve meses con Tata para ganar esta inversión, especialmente frente a España. Se espera que la planta genere «hasta 4.000 nuevos empleos directos y miles más en la cadena de suministro extendida», señala la nota de prensa del Ministerio de Empresa. La nueva «gigafábrica», con una capacidad de 40 Gigavatios hora, será «una de las más grandes de Europa», continúa la nota de prensa.
En marzo, el diario económico FT (Financial Times) escribía que Tata Motors había pedido 575 millones de euros de ayuda al Reino Unido para construir allí su fábrica de baterías, de lo contrario podría optar por la Península Ibérica. La fábrica se construirá en Bridgewater, suroeste de Inglaterra, y la producción comenzará allí en 2026. “Se espera que suministre casi la mitad de la producción de baterías que el país necesita para 2030, lo que dará un gran impulso a la transición del Reino Unido hacia vehículos con cero emisiones de CO2, estima el gobierno en su nota de prensa.
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El primer ministro británico, Rishi Sunak, dio la bienvenida a una «marca de reconocimiento de la fortaleza de nuestra industria automotriz». «Podemos estar increíblemente orgullosos de que Gran Bretaña haya sido elegida para la primera gigafábrica de Tata Group fuera de la India», agregó. «Probablemente sea la inversión más grande jamás realizada en la industria automotriz en este país», dijo a Sky News el ministro de Energía, Grant Shapps.
El presidente de Tata Sons, Natarajan Chandrasekaran, asegura en la nota de prensa que el conglomerado indio “está fuertemente comprometido con un futuro sostenible” y señala que la nueva fábrica “suministrará baterías eléctricas para futuros modelos de Jaguar Land Rover (…) con potencial para abastecer también a otros fabricantes”. La ONG medioambiental Greenpeace elogió ‘un momento importante para la industria automovilística del Reino Unido’, que ‘muestra que el gobierno finalmente ha iniciado la carrera internacional por las tecnologías limpias, mientras que otras ya van a toda velocidad’.
Ahora hace un llamado a Downing Street para que “mantenga su loable objetivo de eliminar gradualmente los vehículos de gasolina y diésel a partir de 2030, y firme las regulaciones para esto”. Por su parte, el sindicato Unite subraya que “Estados Unidos y Europa tienen planes claros y proactivos para el empleo y la inversión” y pide al Gobierno británico que “ponga en marcha una estrategia industrial a largo plazo”. El Centro Universitario Británico de Faraday, que se especializa en la electrificación del país, señala en su sitio web que «para 2030, se necesitará un suministro de alrededor de 100 Gigavatios hora en el Reino Unido para satisfacer la demanda de baterías para» vehículos, o el “equivalente a 5 giga-fábricas, cada una operando con una capacidad de 20 gigavatios hora por año”.
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Para 2040, estas necesidades deberían aumentar a 200 Gwh, o el equivalente a 10 gigafábricas, agrega, y enfatiza la necesidad de que el país acelere sus proyectos de infraestructura. La china Envision AESC ya está construyendo con el fabricante japonés Nissan una «giga-fábrica» en Sunderland, en el noreste del país, un proyecto anunciado a bombo y platillo hace dos años. La empresa británica Britishvolt, dedicada a la construcción de una vasta fábrica de baterías para coches eléctricos, por su parte quebró antes de ser comprada por la australiana Recharge por una suma no revelada.
A finales de junio, la CCC, el organismo independiente encargado de asesorar a Downing Street en la transición hacia la neutralidad en carbono, había deplorado el ritmo “preocupantemente lento” de la transición energética en Reino Unido. Hizo un llamado al gobierno a tomar medidas «más audaces» y «volver a hacer del clima una prioridad».