El proceso contra François Bayrou, de 72 años, y diez coacusados se inició el 16 de octubre ante el Tribunal Penal de París. Este asunto de supuesta malversación de fondos en perjuicio del Parlamento Europeo no ha despertado hasta ahora un interés desproporcionado en la opinión pública. Los debates, sin embargo, siguieron su curso; El martes -y probablemente el miércoles- será el turno del Alto Comisionado para la Planificación de presentar su versión de los hechos.
Según la acusación, la UDF, entonces su avatar el MoDem (actual apoyo político del Jefe de Estado), estableció un sistema, entre 2005 y 2017, de remuneración de los agregados parlamentarios que, en lugar de dedicarse al servicio de los eurodiputados a los que estaban adscritos, trabajaban únicamente en beneficio del partido.
El asunto estalló en 2017 y provocó la dimisión de tres ministros centristas pocas semanas después de la formación del Gobierno: François Bayrou (Justicia), su mano derecha Marielle de Sarnez (Asuntos Europeos), ya fallecida, y Sylvie Goulard ( Defensa).
Lea también: Asistentes de los eurodiputados del MoDem: la existencia de un “sistema” en el centro de la investigación
El importe del presunto daño se fue desinflando a lo largo de las investigaciones, pasando de más de 1 millón a 204.603 euros (varios cargos electos reembolsaron amistosamente un total de 88.000 euros, lo que no significa, según la defensa, que deba considerarse como admisión de culpa). Según la orden de remisión que remitió el asunto al tribunal, François Bayrou, “presidente de los dos partidos UDF y luego MoDem, parece ser quien toma las decisiones y es el responsable de la creación y el funcionamiento del sistema fraudulento (…). Es el estatuto de presidente del partido y su papel de decisivo de las principales orientaciones lo que nos permite afirmar que en presencia de tal sistema (…) el Sr. Bayrou desempeñaba necesariamente un papel central.
Lea también: Guillaume Tabard: “La voz solitaria pero fuerte del aliado de Macron”
La defensa del ex ministro, encabezada por Pierre Cornut-Gentille, pretende desmentir este razonamiento que, a su juicio, podría resumirse en un atajo intelectual:
«No podía ignorarlo porque él era el jefe». Sin embargo, sostiene -y el propio acusado no dudará en señalarlo- que el efímero Guardián de los Sellos no está implicado por ningún testigo, por ningún coacusado y que su nombre no aparece de manera acusatoria en ningún documento. escribiendo. Lo que imposibilita, desde este punto de vista, su condena por complicidad al dar instrucciones.
Si la defensa de François Bayrou, presente cada día de la audiencia ante la sala correccional 11, admite que pueden haber existido, marginalmente, comportamientos individuales cuestionables en el MoDem durante los quince años objeto de la prevención, afirma que es inadecuado estigmatizar un “sistema”. La fiscalía, en su opinión, no aporta pruebas de que haya sido aplicada por los principales dirigentes del partido, entre ellos Michel Mercier, también ex ministro de Justicia y que está sentado en el banquillo.
Está previsto que el juicio dure hasta el 15 de noviembre.