Los jóvenes británicos pronto podrían encontrarse con puertas cerradas en los estancos. El martes 17 de abril, la Cámara de los Comunes votó a favor de un proyecto de ley destinado a ilegalizar de por vida la compra de tabaco para cualquier persona nacida a partir del 1 de enero de 2009. En caso de que se apruebe definitivamente el texto, estos jóvenes, Hoy, que tiene 15 años, sería la primera generación libre de tabaco en el país. A partir de 2027, el Reino Unido aumentaría un año cada año la edad legal para comprar tabaco. La prohibición no afectaría al acto de fumar per se. Un inglés afectado por esta ley podrá seguir comprando tabaco en el extranjero para fumarlo en su territorio.
¿Podría aplicarse una medida de este tipo en Francia, donde cerca de 12 millones de personas, incluido el 15,6% de los jóvenes de 17 años, fuman a diario? “A priori sigo teniendo muchas dudas sobre la posibilidad de pronunciar tal prohibición”, comenta el constitucionalista Benjamín Morel. Según él, a los jueces del Consejo Constitucional se les plantearían dos preguntas. «En primer lugar está la libertad, es decir, restringir determinadas categorías de edad y no otras mientras los adultos sean considerados emancipados», explica el profesor de Derecho de la Universidad de París-2-Panthéon-Assas.
En segundo lugar, se plantearía la cuestión de la proporcionalidad. En Francia, el tabaco es responsable de 75.000 muertes cada año. Es la principal causa de mortalidad prematura, la principal causa de mortalidad por cáncer, pero también la principal causa de mortalidad cardiovascular evitable. “El tabaco es perjudicial, por supuesto. Pero, incluso si crea un efecto adictivo, no produce un efecto socialmente perjudicial, excepto, posiblemente, el tabaquismo pasivo. Nos dañamos a nosotros mismos, dañamos poco o nada a los demás”, cree Benjamín Morel.
Didier Maus, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Aix-Marseille, está de acuerdo: “Podemos prohibir individualmente a las personas hacer un cierto número de cosas gracias a condenas penales. Pero no veo cómo podríamos justificar la introducción de una prohibición general para un grupo de edad que irá evolucionando”. “Esta prohibición de por vida para una determinada categoría de la población parece complicada de aplicar y contraria al principio de libertad individual”, añade Didier Maus.
En definitiva, “el legislador debería demostrar que la prohibición general y absoluta por razones de salud pública es proporcionada a la restricción de libertades que ello implica”, concluye Benjamín Morel, quien precisa que su aprobación estaría sujeta a la apreciación de los jueces.
Otros países, antes que el Reino Unido, intentaron introducir una ley de este tipo. En 2022, el parlamento de Nueva Zelanda, por ejemplo, prohibiría la venta de cigarrillos a cualquier persona nacida después de 2008. En noviembre pasado, aduciendo el temor a que se creara un gran mercado negro para la venta de tabaco y la falta de aumento de los ingresos fiscales, el nuevo gobierno ha dado marcha atrás.
En Francia, el pasado mes de diciembre Aurélien Rousseau, entonces ministro de Sanidad, presentó otro plan trienal (2024-2027) contra el tabaquismo. Este último se basa en dos pilares: un aumento de los precios (13 euros por paquete de cigarrillos en 2026) y la multiplicación de los lugares donde ahora estará prohibido fumar, en particular en la playa, el parque, el bosque o cerca de las escuelas. .