Última batalla. Desde que Britney Spears fue liberada de su tutela en 2021, ha estado en el centro de una nueva lucha. Su padre, James Parnell Spears, le exigió más de dos millones de dólares para compensarle por los honorarios legales en los que incurrió años antes, cuando su hija estaba bajo su supervisión judicial. El jueves, en el Tribunal Superior de Los Ángeles, se llegó a un acuerdo entre las dos partes. Los términos y condiciones se mantuvieron confidenciales.

«Jamie está encantado de que todo esto haya terminado», dijo Alex M. Weingarten, abogado del padre de Britney Spears, en un comunicado transmitido por el New York Times. Lamenta las acusaciones irresponsables y engañosas que se hicieron públicamente contra él”. Pero el hombre no parece tener ningún remordimiento por los 13 años que mantuvo a su hija bajo tutela. Según él, Britney “estaba arruinada” y “no tenía ahorros”.

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Por su parte, el abogado de la cantante, Mathew S. Rosengart, afirmó que Britney Spears era “una artista brillante y valiente”. «Su deseo de libertad ahora se ha cumplido verdaderamente», afirmó. Como ella deseaba, su libertad ahora incluye el hecho de que ya no necesitará comparecer ni involucrarse ante el tribunal en este asunto”.

La cantante hasta el momento no ha reaccionado en las redes sociales, a diferencia de lo ocurrido en 2021, cuando le levantaron la tutela. En ese momento exclamó: “¡Creo que voy a llorar el resto del día! Es el mejor día de mi vida. Alabado sea el Señor”.

Desde que Britney Spears recuperó el control de su propia vida, decidió ajustar cuentas en un libro llamado The Woman in Me, publicado el otoño pasado. Desde su infancia en el sur de Estados Unidos hasta su ruptura con Justin Timberlake, se analizan todas las historias. En particular su relación tóxica con su padre, que cuenta con gran detalle. “Britney Spears, soy yo”, le dijo su padre cuando intentó impugnar la tutela que le confiscó trece años de vida. “Si no era capaz de tomar decisiones, ¿por qué se me consideraba capaz de actuar en público?”, escribió en referencia a los 200 espectáculos que ofreció durante su residencia en Las Vegas, entre 2013 y 2017.