Intoxicaciones alimentarias durante los Juegos Olímpicos de Londres, miedo al virus Zika en los Juegos Olímpicos de Río 2016… Con más de 15 millones de visitantes esperados en París para los Juegos Olímpicos, la más mínima epidemia podría convertirse en una pesadilla. Sobre todo porque algunos turistas podrían ser vectores potenciales de enfermedades autóctonas.
Pero otras amenazas para la salud se ciernen sobre los acontecimientos olímpicos: olas de calor, intoxicaciones alimentarias, riesgos cibernéticos, movimientos de multitudes, ataques terroristas… Marie Baville, jefa del centro de crisis sanitarias de la Dirección General de Salud (DGS), y su equipo, han enumerado un total de “alrededor de cuarenta riesgos y amenazas” que podrían afectar la prestación de atención durante el evento. Y para contrarrestarlos, la DGS lleva dos años preparándose para múltiples escenarios.
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La DGS ha dividido los riesgos para la salud en varias categorías. La primera categoría se refiere a los riesgos infecciosos: “Nos interesaban, por ejemplo, las enfermedades típicas de los arbovirus, es decir, las enfermedades transmitidas por mosquitos”, explica. Como el dengue, el Zika o incluso el chikungunya. En Francia, el mosquito tigre está presente en casi todo el territorio. Esta categoría también incluye riesgos epidémicos como el Covid-19.
El gobierno teme especialmente los riesgos de intoxicación alimentaria. En el visor, en particular, la bacteria Escherichia Coli (E. coli), que es una de las causas más conocidas de intoxicación alimentaria, a menudo imposible de tratar y, en ocasiones, con consecuencias mortales. Por último, esta categoría incluye enfermedades como las infecciones de transmisión sexual (ITS), el sarampión o la meningitis, “que pueden dar lugar a medidas de gestión específicas”, especifica Marie Baville.
La segunda categoría agrupa los riesgos medioambientales y, en particular, las olas de calor “cuya probabilidad y aparición son importantes”, subraya Marie Baville. “También analizamos los riesgos relacionados con el mal tiempo que podrían afectar la prestación de cuidados”.
La tercera categoría concentra riesgos “tecnológicos”, como una explosión o un incendio que se produzca en las cercanías. “También nos preparamos para los riesgos de la contaminación del aire”, añade.
Las dos últimas categorías reúnen riesgos sociales como movimientos de masas y riesgos terroristas y biológicos (ántrax o ricino) que podrían llevar a que numerosas víctimas sean atendidas.
La DGS asegura: “Existen planes de respuesta o medidas de gestión para cada riesgo para la salud”. Según la estructura, el riesgo más probable está relacionado con las olas de calor. No es necesario elaborar un escenario específico para los Juegos Olímpicos porque el riesgo “ya es bien conocido”. Como el del mosquito tigre, que conocemos bien en los territorios de ultramar. “Nos estamos preparando para tener focos de casos de dengue. Desde el momento en que nuestro sistema de vigilancia detecta casos, iniciamos investigaciones epidemiológicas para rastrear el origen de las contaminaciones”, afirma Marie Baville. El interés es implementar las acciones apropiadas lo más rápido posible.
Para evitar intoxicaciones alimentarias, aunque se servirán millones de comidas en los recintos olímpicos y sus alrededores, se han llevado a cabo controles en los establecimientos situados cerca de los recintos olímpicos. Si los atletas enfermaran, esto repercutiría en “la organización de los juegos” y pondría en peligro “la reputación de Francia”, declaró el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, el 15 de abril. Desde principios de año, se han realizado 1.500 controles en Île-de-France.
También se temen las infecciones y enfermedades de transmisión sexual (ITS y ETS). Por lo tanto, durante los Juegos se distribuirán cerca de 200.000 preservativos masculinos y 20.000 preservativos femeninos en la villa olímpica.
Por último, “el Centro de Crisis Sanitaria participó en varios ejercicios con otros ministerios sobre riesgos terroristas y cibernéticos y sobre cadenas de mando”, concluye Marie Baville.