El revuelo mediático, provocado en los últimos días por amigos y admiradores de Léopold Sédar Senghor, no habrá sido en vano. Finalmente se suspendió la subasta, prevista para el martes en Caen, de la biblioteca que el maestro poseía en su casa parisina de la plaza de Tocqueville. «El Estado senegalés», declaró este lunes el subastador Jean Rivola, «desea iniciar negociaciones con nuestra casa de subastas y con el heredero para adquirir la totalidad» de los 343 volúmenes que iban a ser distribuidos.
Quienes temían que Senegal, en plena revolución política, permitiera que se dispersara este tesoro nacional, pueden tranquilizarse temporalmente. A sus 97 años, Henri Senghor, fiel epígono de su tío, que representó a su país en todo el mundo durante su carrera diplomática, intentaba encontrar soluciones para evitar esta subasta. Al igual que el Círculo Richelieu Senghor, Sally Alassane Thiam, de la ONG Afrique-Patrimoine, o Gérard Bosio, fiel colaborador y guardián de la memoria del poeta presidente. La llegada al poder del presidente Diomaye Faye y de su primer ministro Ousmane Sonko se produjo con tintes radicales de ruptura. Pero no, al parecer, hasta el punto de hacer borrón y cuenta nueva del pasado. En París, el embajador Magatte Seye recibió el encargo de seguir de cerca el asunto. La ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, también desempeñó el papel de mediadora.
Sin embargo, la heredera de Léopold Sédar Senghor insistió, a toda costa, en proceder con esta venta. Y esto, como suele ocurrir, para pagar impuestos sobre sucesiones especialmente exorbitantes. Fallecida en 2019, Colette Senghor, la segunda esposa del presidente fallecido en 2001, había legado gran parte de sus bienes a la que fue su dama de honor durante muchos años en Verson, en Normandía. Atrapada por el cuello, ya había vendido un cuadro de Soulages que databa de 1958. En octubre pasado, se disponía a repartir joyas y condecoraciones, incluido el collar de la Orden del Nilo. En el último momento, estas subastas ya habían sido suspendidas, por orden de Macky Sall, que dejó el poder en Dakar a principios de abril. Por 244.000 euros, el Estado senegalés compró todo el complejo “para preservar el patrimonio nacional”.
¿El valor total de los lotes que debieron ofrecerse este martes equivale a esta cantidad? Entre Verson, Dakar y París, Léopold Sédar Senghor poseía varias bibliotecas muy hermosas. Según Gérard Bosio, la colección que ahora está en el centro de la actualidad “incluye numerosas obras raras, encuadernadas por el presidente y firmadas por sus autores”. Entre ellos, varios ensayos sobre la negritud, en particular el Discurso sobre el colonialismo de su viejo amigo Aimé Césaire; libros firmados por escritores africanos o haitianos, incluidos algunos del etnólogo y diplomático Jean Price-Mars; colecciones de poesía francesa, incluida una enviada por Louis Aragon y Elsa Triolet, y otras de autores latinos o británicos. El profesor de gramática francesa Senghor, compañero khâgne de Georges Pompidou en el Lycée Louis-le-Grand, fue un distinguido latinista, pero también traductor de poesía inglesa.
Por tanto, están en marcha negociaciones con Dakar. “Dentro de quince días, precisa Jean Rivola, si no hay resultado en las negociaciones con el Estado de Senegal, la colección se volverá a subastar. » La cuenta atrás está en marcha, pero parece poco probable que no se llegue a ningún acuerdo tras una movilización de este tipo, por más espontánea que sea. Gérard Bosio cree que esta biblioteca tiene su lugar en el Museo Senghor que está diseñando dentro del de las civilizaciones negras, en Dakar. Lo que está en juego es la memoria del hombre que dejó su huella en la historia de África y en el diálogo de las culturas.