Después de Les Serge y La Ballade de Souchon, aquí está la especialidad de Arte. Un nuevo teatro de conciertos con Thierry Hancisse, Véronique Vella, Léa Lopez (los tres franceses) y sus acólitos externos Axel Auriant y Pierre-Marie Braye-Weppe. El concepto es tan sencillo como hola o adiós: todos llevamos dentro de nosotros una canción que ha marcado nuestra vida, que ha fijado un sentimiento como una foto que inmortaliza un momento. Según este principio, los tres actores y los dos músicos retroceden en el tiempo en busca de amor, amigos, aventuras y muchas otras cosas.
El espectáculo comienza con un extracto de Apostrophes donde se produjo un grave altercado entre Serge Gainsbourg y Guy Béart, el primero afirmando que cantar era sólo un arte menor, el segundo defendiendo su negocio. Durante más de una hora, Véronique Vella, Léa Lopez, Thierry Hancisse y Axel Auriant contarán historias en forma de recuerdos (escritas por Simon Johannin, Gilles Leroy, Pauline Delabroy-Allard y Emmanuelle Fournier-Lorentz). De estos recuerdos, reales o ficticios, surgirán una veintena de canciones francesas arregladas (reinventadas) por Pierre-Marie Braye-Weppe, que es también compositor de algunas músicas originales.
La decoración parecería el casco de un barco volcado o, con un poco de imaginación, un antiguo sótano de Saint-Germain-des-Prés. Es Léa López, muy blues al teclado, quien abre el balón con una versión muy picante de Blizzard del grupo Fauve. La actriz nunca dejará de seducirnos en la voz, en el teclado o incluso en el bajo. En cuanto a Véronique Vella, que tiene un don natural para el canto, recuerda a Barbara en Bobino. Tenía 5 años y Bárbara, eso la marcó, cantó Pierre. ¿Se pregunta quién era este Peter?
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Luego, la actriz, con la guitarra seca al hombro, canta La Boîte en fer blanc de Juliette Noureddine, una canción realista. Detrás de su piano de media cola, Thierry Hancisse, entre dos vapeos, toca algunos acordes, luego se levanta y, bajo las luces mantecosas que oscurecen el escenario, canta con su voz profunda Amsterdam, de Brel. Posteriormente interpretará de forma agresiva Il voyage en solitaire, de Gérard Manset. Tendría un lado de Philippe Léotard en la melancolía poética destartalada.
El espectáculo diseñado y dirigido por Guillaume Barbot alterna letra y música. Nos seduce Axel Auriant que, a la batería, anima las baquetas. Ambas chicas tienen una sonrisa en la voz y la emoción de antaño. Salimos de este espectáculo con la grata impresión de haber asistido a una sesión de conversación en un café intercalada con estribillos que parecen compuestos desde hace siglos, los de Mots bleus, du Sud o L’Hymne à l’amour. . El pasado no es de ayer. Entonces, pequeño, ¿la canción? ¿Arte mayor? En cualquier caso, en el Estudio, en modo menor por nostalgia.
“Arte Mayor”, en el Studio Théâtre de la Comédie-Française (París 1), hasta el 5 de mayo. Semejante. : 01 44 58 15 15. www.comedie-francaise.fr