Es joven, delgada, de cabello oscuro, llena de ira reprimida. Abogada talentosa, explotada y mal pagada, prepara en la sombra los expedientes que permiten a la firma para la que trabaja asegurar el triunfo de sus clientes. Los casos son similares, la justicia local acude en ayuda de hombres corruptos. Uno de ellos está acusado de haber matado a su esposa; Se aceptará la teoría del suicidio. Rita está furiosa. Suena su celular. Al final de la línea, una voz velada y autoritaria le ofrece un encuentro. Ella siente el peligro, pero va allí. Frente a ella, uno de los narcotraficantes más formidables del país, Manitas, le ofrece una considerable suma de dinero a cambio de un increíble servicio: ayudarla a convertirse en lo que él siempre quiso ser: una mujer. El abogado acepta sin dudar esta oportunidad para escapar de la trampa de la pobreza.
El escenario es una locura. ¿Qué impulsó a Jacques Audiard, Gran Premio del Festival de Cannes por Un Prophète y Palma de Oro por Dheepan, a embarcarse en semejante aventura? Ambientar la acción en un país eminentemente machista, México, y convertirla en un musical, cantado en español, para contar la historia de un sanguinario líder de un cártel obsesionado con la idea de cambiar de sexo para encontrar su verdadera naturaleza. temperamento. Corremos el riesgo de enfrentarnos a acusaciones de todo tipo; y sobre todo, ridiculizar.
Lea tambiénFestival de Cine de Cannes: nuestra reseña de Oh, Canadá, la gran evasión de Paul Schrader
Zoe Saldana tampoco tiene miedo: “Emilia Pérez”, dice la actriz que interpreta a Rita y que heredó una férrea disciplina de su formación en danza, “es una película sobre personas que, aprisionadas en situaciones imposibles, idean soluciones imposibles para salir adelante”. de ellos.» La joven sale en busca del cirujano capaz de realizar discretamente la operación mientras organiza la exfiltración a Suiza de la esposa del traficante, que no sabe nada de su proyecto, y de sus dos hijos. Manitas se hace pasar por muerta y se convierte en Emilia Pérez.
Cuatro años más tarde, en Londres, Rita, convertida en una brillante abogada internacional, conoce por primera vez al cliente cuya transición organizó. Llama la atención el encuentro cara a cara, imposible de detectar. Con Emilia, la española Karla Sofía Gascón hace el papel de su vida. La actriz, que también interpreta a Manitas, también era un hombre -Carlos- cuya transformación se remonta a 2018. La tensión se exacerba. Inteligentemente diseñadas, las piezas cantadas y bailadas, que a veces comienzan como simples susurros, resaltan la interioridad de los personajes, sus sentimientos, al tiempo que prolongan la acción. Las palabras, amplificadas por coros y coreografías, expresan con oscuro ardor lo que sugieren las imágenes: la realidad mexicana. “¿De qué estamos hablando hoy? De violencia / De amor / De muerte / De un país que sufre”. La cantante Camille y su compañero, Clément Ducol, compusieron las melodías y adaptaron los textos en un lenguaje potente, tosco y expresivo.
Emilia Pérez no sólo ha cambiado de sexo, sino de naturaleza. En los mercados, las mujeres distribuyen folletos para intentar encontrar a sus hijos desaparecidos. Decide ayudar a las viudas y huérfanos que los cárteles han dejado atrás. La Lucetita, su asociación, es el rayo de luz que transfigura su vida y la de Rita que vuelve a su lado. Sin embargo, la sombra de Manitas todavía acecha. Para volver a ver a sus hijos, repatria a su familia desde Suiza. Esta vez, la heroína se encontrará confrontada con la que fue su esposa: “Conocí a Selena Gomez una mañana en Nueva York. Sabía muy poco sobre ella. En diez minutos supe que sería ella. Audiard no se equivocó. La actriz, de origen mexicano, que también fue bailarina, impone a Jessica su fuerza underground. ¿Cómo podía esta última imaginar que quien se presenta como “tía Emi” fuera su marido?
Impulsos contrarios agitan a Emilia. Quizás haga falta la experiencia de Karla Sofía Gascón para comprender estos desamores, este sufrimiento. Pasa por su rostro y por delante de la cámara de Audiard. El director captura sus luchas internas, sin ceder nunca al sentimentalismo, el sentimentalismo o la exposición simplista. El enfrentamiento entre las dos mujeres es inevitable. Los hombres son despiadados; las mujeres también. Con la melodía de Les Passantes, de Georges Brassens, en una versión revisada en español, una última canción coral concluye con melancolía esta ardiente epopeya hacia la redención que, podemos predecir, sacudirá las cosas.