El rumor llevaba ya muchas semanas circulando. Ya está confirmado. La serie británica Downton Abbey ofrecerá un tercer (y esta vez, prometemos, el último) epílogo del cine. Se está preparando una tercera película sobre los caprichos de los aristocráticos Crawley y sus sirvientes en los albores de la década de 1930. La actriz Imelda Staunton soltó la sopa durante su aparición en la BBC. “Si quieres saberlo, sí habrá una película final”, comentó la heroína de The Crown que interpreta a una prima lejana de los Crawley y no teme las reprimendas de los productores.
La noticia no ha sido confirmada por el creador de la saga Julian Fellowes. El guionista ganador del Oscar por Gosford Park también está trabajando en una tercera temporada de su serie de HBO The Gilded Age, que traslada la receta de Downton Abbey a la Nueva York de la revolución industrial.
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Este regreso a Downton Abbey es sólo medio sorprendente. Los tabloides ingleses informaban insistentemente sobre su reencuentro. El Daily Mail llegó incluso a afirmar que se estaba filmando una séptima temporada secreta y que debería estar lista para emitirse en Navidad de 2024.
¿Nueva ráfaga de episodios o nueva película? Poco importa. Julian Fellowes siempre ha dicho que si los espectadores y los actores estuvieran allí, siempre estaría dispuesto a hacer una secuela. «Tenemos suficiente para continuar mientras el público quiera que lo hagamos», opinó el productor Gareth Neame.
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¿Quién estaría en esta reunión: Hugh Bonneville, Michelle Dockery, Elizabeth McGovern? Misterio por el momento. Pero los fanáticos tendrán que prescindir de la réplica moteada de Maggie Smith. De hecho, la mordaz condesa viuda dio su último suspiro, rodeada de su familia, al final de Downton Abbey 2: Una nueva era, en la que algunos de los Crawley y sus sirvientes disfrutaron de la dulzura de la Riviera francesa mientras su castillo se convertía en el escenario de una de las primeras películas habladas del séptimo arte británico.
Esta parte tuvo lugar en 1928, lo que acercó a los Crawley a los peligros de la crisis financiera de 1929. Si Julian Fellowes se sintiera tentado a explorarla, podría seguir los trastornos sociales nacidos de la crisis y la Gran Depresión. Cuando sabemos que diseñó Downton Abbey como un tributo a una forma de vida y una casta en desaparición, este epílogo tendría mucho sentido.