«Suculenta», «divertidísima», «cínica y astuta»… Estrenada el martes coincidiendo con su proyección en Cannes, la nueva comedia de Quentin Dupieux hace reír, apenas tres meses después del estreno de Daaaaaali!, su última película en fecha. El movimiento MeToo, la llegada de la inteligencia artificial y el ego a menudo desmesurado de algunas estrellas… En un contexto tenso, The Second Act supo dar en el blanco, abordando el mundo del séptimo arte y sus carencias.
Florence (Léa Seydoux) quiere presentarle a su padre, el actor Guillaume (Vincent Lindon), al hombre del que se enamoró perdidamente, David (Louis Garrel). Este amor no es correspondido, el objetivo de David es deshacerse de esta mujer que no lo suelta presentándole a su amigo Willy (Raphaël Quenard). Los cuatro protagonistas se encuentran en un restaurante “perdido en medio de la nada”.
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Lo que sucederá a continuación no es menos emocionante. “El camarero está temblando. No puede servir este borgoña demasiado caro en los vasos. En los baños, Quenard intenta besar a Seydoux. Ella amenaza con denunciarlo. Garrel llama a su agente para cortar a Lindon con el director estadounidense, señala Éric Neuhoff en las columnas de Le Figaro. Bonita mentalidad. Alrededor de la mesa de fórmica se suceden las discusiones. Llegamos a las manos. La sangre fluye. Los demás clientes los observan y se preguntan”. El cineasta de 50 años “desvía los clichés, ataca el pensamiento correcto”.
Por su parte, el diario L’Humanité es categórico: El Segundo Acto es “una suculenta autopsia” del séptimo arte. “Un cine que habla de cine, e incluso se ríe de él, y que está de moda en la inauguración de la gran misa de Cannes”, continúa el diario. Esta película de 1h16, programada fuera de competición, es “una nueva puesta en abismo en torno a la obra del actor”, subrayó el Festival en un comunicado.
“Dupieux nos deleita con este ingenioso escenario, que evoca los egos de los actores, las rivalidades, el papel de la inteligencia artificial en la industria cinematográfica y, por supuesto,
La Voix du Nord va aún mejor: “¿Cínico y astuto? Claro ! Pero sin ninguna lección”. “Algunos elegirán la línea que da en el blanco, mientras que otros se regocijarán por la forma en que la historia gira esa misma línea como si fuera un panqueque”, continúa el periódico. Es tocino y cerdo al mismo tiempo”.
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El diario regional Ouest-France está del mismo lado. Esta comedia de una hora y veinte minutos ofrece “una perspectiva llena de perspectivas sobre el séptimo arte”, “los diálogos son a menudo hilarantes” pero “podemos lamentar dos o tres duraciones al final”. Una cosa es segura: “Dupieux se atreve con todo. Tiene razón, concluye Le Figaro. Saliendo de este “Segundo Acto”, sólo hace falta un comentario: ¡otra vez!”.
“Son siempre historias demasiado breves para que tengamos tiempo de mirar el reloj, pero que sólo pueden existir y desarrollarse en el espacio limitado que se dan a sí mismas, donde la agitación, los chistes, los chistes resuenan como una contención. cámara sin eco ni perspectiva, explica Libération sacando sus garras. A veces es una locura, a veces es inútil”.