Sin duda, Francia está demasiado cerca de Suiza para escapar de su poder de atracción relojera. Sin embargo, la industria relojera japonesa es igualmente impresionante, tanto en términos de volúmenes de producción y precios como en términos de calidad. Sin olvidar su antigüedad: Citizen produce relojes desde hace un siglo. Después de un estallido de gloria durante la década de 1980 en Francia, la marca había literalmente caído fuera del radar de los entusiastas de los relojes occidentales. Desde hace algún tiempo, regresa a Francia, primero con su colección Tsuyosa (que significa “fuerza” en japonés), cuyas esferas de colores, decididamente en sintonía con los tiempos, han batido récords de ventas en los últimos meses. Al mismo tiempo, ¿cómo resistir la tentación de comprar un reloj japonés de calidad por menos de 300 euros, con caja y pulsera de acero, equipado con un movimiento automático que ofrece 40 horas de reserva de marcha?

Probablemente la situación no vaya a mejorar: la colección Tsuyosa se amplía ahora con tres modelos sobrios y elegantes, con esferas texturizadas de inspiración Art Déco y con un pequeño segundero plateado con motivos guillochés a las 6 horas. Por cierto, la fecha en los modelos anteriores desaparece, ¡pero probablemente no te la pierdas! La corona a las 4 en punto siempre añade un pequeño toque a su estilo. En esta ocasión, su nuevo movimiento automático, el Calibre 8322, ofrece una reserva de marcha de 60 horas e incorpora un mecanismo de parada de segundero. Para regalarse una de estas novedades, ofrecidas en tres versiones de esfera, cuente con 359 euros con correa de piel y 379 euros con brazalete de acero. Un precio con el que es más que difícil competir…