“¿Qué grado hace falta para entender cómo ponérselos?”, “¡Son confusos, me tomó horas saber por qué camino tomarlos!”. Desde hace varias semanas, la marca francesa Sézane está causando revuelo en las redes sociales con su par de pendientes Tessa. Una joya para llevar sin piercing, a modo de earcuff, a 80 euros. Una creación voluminosa que fascina -hasta el punto de estar agotada- por lo complicado que es ponérsela.
“Te prometo que cuando lo domines, aguantarán muy bien. Ya practiqué varias veces frente a un espejo”, explica Danielle, una joven estadounidense en su cuenta de TikTok (@thehidratodhunny). Emma (@Emmalopez) domina el gesto a la perfección y ha obtenido más de 2 millones de visitas en su vídeo tutorial. Por su parte, Jade (@jadeswildparty) se deja ayudar por su concentrado novio, quien se lo pone en la oreja, para mostrar en vivo y con manos libres los pasos a seguir a sus suscriptores. De hecho, basta con colocar el bucle más pequeño al nivel de la hélice (la parte superior plana de la oreja) y deslizarlo con la mano en un giro para que quede colocado en el hueco, encima del lóbulo. una zona llamada la concha.
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La joya, como suspendida, da la impresión de un gran criollo y su pendiente a juego. El efecto es significativo y muy elegante. Pero devolvamos al César lo que no es de Sézane. Esta tendencia en joyería es idea original de la diseñadora Charlotte Chesnais cuyas creaciones en oro y bermellón, que hay que ponerse para entenderlas, inspiradas en la arquitectura y los muebles de diseño que le apasionan, se venden como pan caliente desde 2015. En cualquier caso, Sézane prevé una reposición de este nuevo best-seller en primavera, lo que contribuirá a su éxito.