Conecta la frontera francesa con la holandesa casi sin alejarse del Mar del Norte. Desde 1885, el Kusttram (“tranvía costero” en holandés) recorre toda la costa marítima belga entre De Panne y Knokke, especialmente pasando por Ostende. Con sus 67 km (y otras tantas paradas) que se pueden recorrer de principio a fin en 2 horas y 25 minutos, es la línea de tranvía más larga del mundo.

Playas al pie de las dunas, estaciones balnearias, reservas naturales… El Kusttram es una excelente manera de descubrir la diversidad de la costa belga a su propio ritmo y a bajo precio. Cuente 7,50 euros para un billete de 24 horas o 15 euros para un billete de 72 horas. Los nuevos trenes, en servicio desde 2020, pasan cada 10 a 20 minutos durante el día y las frecuencias aumentan en verano. Como solo tienen una cabina de conducción, te sentarás en la parte trasera del tren para ver pasar las vías.

En La Panne, vecina de Bray-Dunes en Francia, el inicio de la línea se encuentra frente a la entrada del parque temático Plopsaland, conocido por sus atracciones acuáticas y espectaculares montañas rusas. Después de algunas paradas, tómate un descanso en la playa de Oostduinkerke, conocida por sus pescadores de camarones a caballo, una tradición centenaria catalogada por la UNESCO. Unas paradas antes de Ostende, paramos en la playa de Middelkerke. El tranvía circula a toda velocidad y en línea recta por uno de los tramos más bellos de la línea, lo más cerca posible del dique, a menudo barrido por nubes de arena.

En medio de la línea, Ostende, la principal ciudad costera de Bélgica, merece una escapada artística. Más lejos, la estación balnearia de Le Coq (“De Haan” en holandés), diseñada por el rey Leopoldo II siguiendo el modelo de la ciudad invernal de Arcachon, conserva su encanto de la Belle Époque. La estación de tranvía es un bello ejemplo de arquitectura anglo-normanda. En Blankenberge no dejará de pasear por el muelle que se eleva a 350 metros sobre el mar y es exactamente igual al de Brighton en Inglaterra.

Finalmente, Knokke marca el término norte del Kusttram. Su casino, el más grande del país, alberga obras de Keith Haring y René Magritte visibles para los grandes apostadores. A 10 km del centro visitamos el Parque Natural de Zwin, la reserva natural más antigua del reino con sus 770 hectáreas de marismas y praderas saladas.

El tranvía llega a cinco estaciones de tren (La Panne, Ostende, Blankenberge, Zeebrugge y Knokke), lo que facilita las conexiones con los trenes SNCB. Sólo se tarda 1 hora y 13 minutos en llegar a Ostende desde Bruselas-Sur y sólo 13 minutos desde Brujas. Desde Lille-Flandres, se tarda algo menos de dos horas con un cambio en Kortrijk. Desde Dunkerque, debido a la falta de conexión ferroviaria, se puede tomar el autobús o la ruta ciclista EV4 “La Vélomaritime” durante 20 km.