El anuncio podría tener graves consecuencias a largo plazo. Mientras el ejecutivo anunciaba este fin de semana la posibilidad de que los distribuidores de combustible vendieran “con pérdidas”, desde hacía varias horas crecía la ira entre los encargados independientes de los surtidores, que temían ver caer sus ingresos. Sobre todo porque la distribución masiva se lo puede permitir gracias a la compensación de sus otras actividades. Para apaciguar este descontento social, el sindicato profesional Mobilians, que representa a 5.800 estaciones de servicio, anunció el lunes que Bercy se había comprometido, tras una reunión de emergencia, a introducir «medidas de compensación» para las estaciones de servicio independientes, después de haber autorizado ventas «con pérdidas» a partir de diciembre. Los ministros implicados en Bercy se han comprometido a poner en marcha un «plan de apoyo a las estaciones de servicio tradicionales», según el sindicato, que se alegra de su «escucha». En dos meses y medio, los profesionales dispondrán de seis meses para vender su combustible con pérdidas o al mejor precio. En las últimas horas todavía había incomprensión.

«Es un anuncio que nos sorprende», afirma Yanis Fialoux, que gestiona cinco estaciones de servicio independientes en Drôme, «es la muerte de las pequeñas estaciones». Para este profesional, es imposible vender con pérdidas porque no registra “grandes márgenes”. “Recibo cinco céntimos brutos por litro, sin incluir los gastos de transporte ni de estación”, explica. Si sus clientes abandonan su establecimiento, Yanis Fialoux se verá obligado a cesar su actividad, al no poder compensar con otros servicios. «Estamos dando el monopolio a los grandes fabricantes», lamenta el empleado de la gasolinera.

Una observación que comparte Frédéric Blosse, mecánico de bombas en Meurthe-et-Moselle: “La estación de servicio representa el 40% de mi facturación, no puedo perder dinero con ella”. “Trabajo doce horas al día, seis días y medio a la semana, si no es para ganar nada no sirve de nada levantarse”, lamenta el profesional. Si hoy es entre 10 y 15 céntimos más caro que los supermercados situados a quince kilómetros de distancia, ahora espera que la diferencia no supere los 20 céntimos por litro. “Allí perderé volumen y clientes”, predice Frédéric Blosse.

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Para Francis Pousse, presidente nacional de estaciones de servicio y nuevas energías del sindicato Mobilians, estas estaciones independientes “no son capaces de jugar en las grandes ligas”. “Ya no pueden fijar el precio de coste y, por tanto, menos aún vender con pérdidas”, subraya. Cabe señalar que de las 5.800 estaciones de servicio francesas, 3.400 están afiliadas a TotalEnergies y 2.400 a otros grupos, de tamaño mucho más modesto, como Avia o Dyneff. “Hay que distinguir entre las estaciones que pertenecen a marcas que las controlan y las que tienen contratos de franquicia y de suministro”, subraya Olivier Gantois, presidente de Ufip Énergies et Mobilités.

Para estas últimas, generalmente rurales, el peso de “vender con pérdidas” es, por tanto, aún mayor, porque estas estaciones se abastecen de refinerías y, por tanto, tienen costes adicionales. “A falta de una propuesta del gobierno, tendremos que compensar a estas 2.400 estaciones de servicio”, afirma Francis Pousse. El experto explica que estos establecimientos viven sobre todo de la diversificación de servicios, con lavandería o comercios. Pero “sin clientes en el surtidor, tampoco los habrá en estos servicios, lo que provocará una caída de la facturación”, explica.

Precisamente por este motivo, Francis Pousse abordará estas cuestiones de las indemnizaciones y del desempleo parcial con Bruno Le Maire, durante los debates previstos para este lunes por la tarde. “Espero que también podamos discutir el fondo de transición para las estaciones de servicio, que apunta a diversificarlas con la instalación de terminales eléctricos”, menciona el profesional. “Pero esta decisión de vender con pérdidas pone todo en duda. Si no afrontamos esta situación de emergencia con ayudas, este fondo de transición no servirá de nada porque gran parte de las estaciones de servicio habrán quebrado”, añade.

Frédéric Plan, director general de la Federación Francesa de Combustibles