En Estados Unidos, los científicos han reconstruido un Pink Floyd clásico, sin instrumentos. Sus resultados fueron descifrados y publicados en la revista PLOS Biology el martes 15 de agosto. Explican que utilizaron inteligencia artificial para decodificar señales producidas por diferentes áreas del cerebro al escuchar. El objetivo de su experimento era simple: comprender los mecanismos cerebrales implicados en la escucha de música.
Su hazaña se basa en el uso de 29 pacientes voluntarios, equipados con electrodos colocados sobre y dentro del cerebro. Este último tuvo que escuchar atentamente la canción Another Brick in the Wall, Part 1, extraída del undécimo álbum de estudio de la banda de rock británica. Los investigadores, recién salidos de la Universidad de Berkeley, pudieron analizar las señales eléctricas y traducirlas en señales sonoras, gracias al uso de inteligencia artificial.
El experimento confirma a los científicos que el lado derecho del cerebro responde mejor a la música que el izquierdo. También ofrece una grabación de audio de 15 segundos. El resultado obtenido no es perfectamente idéntico a la pieza original, pero permite identificar algunas frases de la canción, en particular la más importante: «En definitiva, no eran más que ladrillos en la pared».
Aunque los resultados de este experimento no son impecables, marcan un avance médico sin precedentes. El descubrimiento podría hacer avanzar significativamente la investigación sobre personas mudas. Porque al descifrar la forma en que el cerebro percibe una canción, es posible descifrar todas las sutilezas de la letra.