Si bien Benoît Jacquot es objeto de una denuncia por violación por parte de Judith Godrèche desde el 7 de enero, Télérama lo invitó a reaccionar a los comentarios que hizo en un documental emitido en 2011. Dirigido por Gérard Miller -actualmente acusado de violación y de agresiones sexuales por 41 mujeres – y titulada Las artimañas del deseo, Jacquot expresó su convicción de que un director “no puede filmar a una actriz si no está enamorado de ella”. “Judith desafió mi deseo como puede hacerlo una mujer muy joven, creo”, añadió antes de abordar, con una sonrisa, las potencialidades transgresoras que ofrece el cine. “Es necesariamente una transgresión, aunque sólo sea en lo que respecta a la ley, como se dice”, reconoce el realizador que tuvo un romance con Judith Godrèche, 25 años menor que él, en los años 80. “No tenemos derecho en principio, Creo… Pero eso le importaba un comino, e incluso eso la excitaba mucho, diría yo”.

Y Benoît Jacquot continúa: “En cualquier caso, hacer cine es una especie de tapadera, en el sentido de que tenemos cobertura para tal o cual tráfico ilícito. Es una especie de tapadera para moralejas de este tipo: “Ah sí pero él es cineasta, es artista, está creando actriz, haciendo cosas, eso es lo de ellos, bueno…”. Una permisividad que, según él, otros directores “del ámbito cinematográfico” le envidiaban.

Estos comentarios repugnaron a Judith Godrèche, informa un artículo de Le Monde. Este documental es una descarga eléctrica. Una conciencia que llegó a su fin esta semana, cuando la actriz de 51 años presentó una denuncia por violación contra Benoît Jacquet y Jacques Doillon, quienes abusaron de ella en el set.

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Benoît Jacquot reconoce en las columnas de Télérama que las imágenes difundidas por el documental son inaceptables: “¡Es una pena! Bajo provocativo. Me da asco cuando me escucho y entiendo la reacción de Judith. » Pero esta afirmación no está respaldada por confesiones: el director sostiene que su relación con Judith Godrèche, cuando ella tenía 14 años y él 40, fue “una historia de amor consensuada”. Niega “cualquier violencia física y psicológica”, cualquier control, y sostiene que la joven tenía 15 años cuando tuvieron relaciones sexuales por primera vez, un detalle importante ya que es la mayoría de edad sexual. Benoît Jacquot se cree víctima de una “gran operación de comunicación” llevada a cabo por la actriz y directora para “promocionar su serie”, icono del cine francés, disponible en Arte.

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“Esta determinación que demuestra hoy Judith al filmarme”, continúa Jacquot, “me sirvió luego para sacarme del impasse sentimental y cinematográfico en el que me encontraba. Ella llegó a mi vida de una manera increíble, me sacó de mi depresión pidiéndome que hiciera una película que la diera a conocer. Le debo mucho y me entristece que ella no reconozca que también me debe mucho a mí. »

Judithe Godrèche recuerda, sin embargo, en una carta publicada en Le Monde, una verdad que Jacquot tendería a olvidar: “Esto –el consentimiento– nunca lo di. No. Nunca jamás. Entonces, es hora. La desesperación de mi debilidad pasada, la desesperación de mi infancia robada, ha encontrado su voz”.