Recién coronada por su histórica consagración en los premios Grammy, la cantante Taylor Swift inicia el miércoles 7 de febrero en Tokio una gira de un mes con entradas agotadas en Asia-Pacífico, donde un público emocionado espera impaciente a la estrella.

Más de mil fans desafiaron el frío de la mañana del miércoles en la capital japonesa, formando colas interminables para intentar comprar productos con la imagen de la estrella estadounidense antes de sus cuatro conciertos en Tokio. Forman parte de su gira mundial Eras Tour, que ya ha recaudado más de mil millones de dólares, una novedad en la historia de la música. «Hola, somos los Swifties de Taiwán», proclamaba una gigantesca pancarta decorada con fotografías del cantante, junto a las cuales los aficionados se fotografiaban frente al Tokyo Dome, el estadio de béisbol con capacidad para 55.000 espectadores donde se desarrollarán los torneos. Conciertos japoneses de la estrella.

Los más afortunados pudieron conseguir sus billetes a través de una lotería muy disputada, y algunos viajaron miles de kilómetros para venir a aplaudir a su ídolo. “Vinimos hasta Japón sólo para el concierto, porque no pudimos conseguir entradas en Australia”, explica sonriente a la AFP Ebony Donohue, de 18 años. “Estoy muy emocionado de verla finalmente. Toda su música es tan diferente. Nos podemos identificar fácilmente con ella, es fuerte y sorprendente”, añadió.

Numerosas fans vestidas con minifaldas, chaquetas brillantes o camisetas con las iniciales “TS” posaron frente al estadio, antes de este concierto que algunos esperaban desde hacía varios años. “He estado escuchando sus canciones desde que estaba en la escuela secundaria”, dijo Saya Matsuo, un japonés de 25 años. “Es la primera vez que la voy a ver en concierto y estoy súper emocionada. Es alguien que toca el corazón de las personas, las hace cantar y bailar. Me encanta su personalidad”.

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“Cuando escucho sus canciones, me siento lleno de energía y me da confianza en mí mismo”, explicó Hikari Oka, un estudiante de 18 años que hacía cola desde primera hora de la mañana frente al puesto de mercancías. La ola de Taylor Swift alcanzó su clímax el domingo cuando la artista de 34 años hizo historia en el pop al ganar un cuarto Grammy por el prestigioso título de mejor álbum del año, superando a Frank Sinatra, Paul Simon y Stevie Wonder.

Tras su último concierto japonés del sábado, la estrella pondrá rumbo directo a Las Vegas para asistir a la Super Bowl y aplaudir a su novio Travis Kelce, estrella de los Kansas City Chiefs. Su romance hiperpublicitado hizo temblar a comentaristas y personalidades de derecha, que comenzaron a difundir masivamente una teoría de la conspiración según la cual esta unión tendría como objetivo amañar a las grandes masas del fútbol americano e incluso influir en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Después de este interludio romántico-deportivo, el icono del pop deberá cruzar de nuevo el Pacífico para actuar en Australia y Singapur antes de llegar a Europa, en una gira que podría generar un total de dos mil millones de dólares en ingresos y provocar turbulencias en las economías locales. El gigante de viajes Amadeus ha observado un “extraordinario aumento del interés” en las ciudades de escala en la gira de Taylor Swift por Asia Pacífico.

Japón, que ya no sabe a quién acudir esta semana, también recibe a otra superestrella mundial, el futbolista Lionel Messi, cuyo Inter Miami se enfrenta el miércoles al Vissel Kobe en un partido amistoso en Tokio. Aún no se sabe con certeza si el argentino de 36 años, lesionado en sus aductores, podrá jugar.