¿Coincidencia, maldición o epidemia? En el pueblo de Saint-Vaast-en-Chaussée, en el Somme, los habitantes se preguntan por la aparición de cinco casos de enfermedad de Charcot en casi 12 años en la misma calle, señala BFMTV.
El primer caso se refiere a un fabricante de neumáticos que murió en 2009 a la edad de 67 años. Diagnosticado con la enfermedad de Charcot en octubre de 2008, falleció 6 meses después. Cuando a una segunda persona, que vivía cerca, le diagnosticaron esta misma enfermedad neurodegenerativa, “nos dijimos que era una coincidencia”, explica Françoise Gamain, viuda del primer caso. “Pero después de varios casos, empezamos a decirnos que eran muchas coincidencias”, explica a BFMTV.
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también llamada enfermedad de Charcot, es, de todas las enfermedades neurodegenerativas, una de las más destructivas y devastadoras. Esta enfermedad se manifiesta como una parálisis muscular progresiva debido a la degeneración de las neuronas motoras, las células que controlan la contracción muscular. Poco a poco, esta parálisis desemboca en una insuficiencia respiratoria que, en ausencia de asistencia, suele provocar la muerte en un plazo de dos a cinco años.
En esta ciudad de 500 habitantes cerca de Amiens, numerosos casos de una enfermedad rara plantean interrogantes. Sobre todo porque a nivel nacional, la Asociación para la Investigación de la ELA (ARSLA) no contabiliza más de 8.000 casos en total. Cada año, el aumento es de 2,7 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, precisan los Hospices Civils de Lyon.
A petición del alcalde del pueblo, la Agencia Regional de Salud de Altos de Francia (ARS) confirmó «un número elevado de casos de ELA en esta ciudad» y se puso en contacto con Salud Pública de Francia, encargada del seguimiento sanitario. «Se están realizando investigaciones» para «determinar si existe una o más causas locales para este agrupamiento de casos, distintas del azar», dijo la organización a BFMTV.
Aunque el origen de esta enfermedad aún es objeto de investigación, probablemente se deba a factores genéticos y ambientales. “Es muy probable que en la ELA intervengan factores ambientales, pero se necesita un contexto genético favorable”, explica François Pradat, neurólogo del hospital Pitié-Salpêtrière (APHP) y copresidente del consejo científico de la ARSL, recordando que El 10% de los casos de ELA tienen antecedentes familiares.