François Hardy tiene 80 años. El ídolo de los años sesenta, cantante de toda una generación, nació el 17 de enero de 1944. Como «todos los niños y niñas» de su edad, el tiempo ha pasado, pero el artista, con una salud frágil, guarda un lugar especial en el corazón de los franceses. Amor con Jacques Dutronc, conquistas masculinas, vejez… Françoise Hardy confiesa extensamente, con imparable libertad y lucidez, a Thierry Ardisson en “Todo el mundo habla de ello”, en 2004 – programa que se puede encontrar en el sitio web del INA ArdiTube .

Françoise Hardy es una cantante con letras sensibles, bocazas y también una pareja icónica con Jacques Dutronc. Un tándem atípico. “Él me entrenó para la soledad. Me vi obligado a aceptar una cierta soledad, me gustó porque correspondía a mi naturaleza profunda”, explica el cantante de Le Temps de l’amour. “Con el tiempo, el sentimiento evoluciona: pasamos de la pasión con todo lo que implica de exclusividad y celos, a una amistad muy especial y única”.

La artista también vuelve al icono que fue en los años sesenta. En 1964, Bob Dylan cayó completamente bajo su hechizo cuando vio una fotografía de Françoise Hardy tomada por William Klein en la portada de Vogue. Dos años después, está en París. “Quería ir a verlo al Olympia”, recuerda Françoise Hardy. Estuve en Mónaco y terminé yendo allí. Durante el primer partido no estuvo en su mejor forma. En el intermedio, él no quería volver al escenario a menos que yo fuera a su camerino. Yo fui. Estaba aterrado. Era una especie de vampiro, amarillo, con uñas muy largas. Nunca volvieron a verse. Sin arrepentimientos. “Prefiero que se quede con la fantasía de la foto de mis veintes que con la ruina en la que me he convertido”. Antes de que el cantante de Ma jeunesse fout camp (1967) concluya: “Canto como un pie. Peor aún, canto peor que un pie”.

Un extracto por descubrir: