Condenado en 2018 a ocho años de prisión por unirse al grupo Estado Islámico (EI), Ahmed Samsam afirma haber trabajado en Siria como informante de los servicios secretos daneses y desea ser reconocido como tal, tras un juicio que concluye el viernes.
El danés de origen sirio, de 34 años, está demandando al Servicio Secreto danés (PET) y a la Inteligencia Militar (MF) por admitir haberlo enviado a Siria en 2013 y 2014 para informarles sobre los combatientes yihadistas extranjeros.
Hace cinco años no pudo demostrarlo ante los tribunales españoles que lo condenaron. Lo repitió durante los primeros cinco días del juicio, apoyándose en testigos y artículos de prensa que exponen el caso desde 2017 y respaldan las declaraciones del danés de origen sirio, con un largo historial criminal.
Inteligencia enfatizó que no podía confirmar ni negar la identidad de sus informantes. «Esto perjudica (su) capacidad de utilizar fuentes, protegerlas y prevenir el terrorismo», insistió su abogado, Peter Biering, al inicio de la audiencia. «Es una cuestión de seguridad nacional».
En 2012, el joven partió solo a Siria para luchar contra el régimen de Bashar al-Assad. A su regreso, la justicia danesa se interesó por su estancia, pero el caso fue cerrado.
Samsam afirma haber sido enviado varias veces a la zona de guerra con dinero y equipo proporcionados por PET y luego por FE, información transmitida por DR y Berlingske media, que se basa en testimonios anónimos y pruebas de transferencias bancarias.
En 2017, amenazado por delincuentes en Copenhague en un asunto de ajuste de cuentas independiente de sus viajes a Siria, se fue para volverse ecológico en España. Allí fue detenido por la policía española, que se sorprendió al encontrar fotos suyas con la bandera del EI en Facebook.
Ahmed Samsam fue condenado al año siguiente a ocho años de prisión por pertenecer al grupo yihadista. Sus llamamientos a las autoridades danesas durante el proceso judicial español fueron ignorados. Desde 2020 cumple su condena, reducida a seis años, en Dinamarca. Según su abogado Erbil Kaya, debería ser puesto en libertad durante el otoño.
Durante el juicio, el tribunal escuchó a varios ejecutivos de la prensa, incluido el ex editor del diario Berlingske, Simon Andersen. Este último afirma haber sido contactado, a través de su servicio de mensajería privada, sobre el asunto Samsam por el ex jefe de la inteligencia militar, Lars Findsen, acusado en otro caso de filtraciones.
«Lo vi como una solicitud oficial de alguien en una posición de autoridad», dijo Simon Andersen, explicando que Lars Findsen quería que la FE hiciera las paces negociando un acuerdo con el abogado de Samsam en ese momento, Thomas Braedder. El ex abogado también declaró sobre sus contactos con los servicios de inteligencia, sin poder entrar en detalles, ya que las conversaciones fueron confidenciales, según declaró al tribunal.
Con elementos dignos de una película de espías, el asunto Samsam, que dura más de seis años, cautiva a Dinamarca pero avergüenza a su clase política. En el Parlamento, una comisión de investigación preliminar creada en febrero para esclarecer el asunto fue discretamente sepultada en junio. Se espera el veredicto en unas cuatro semanas.