La ciencia confirma que las vacaciones son esenciales para mantener una buena salud. Siempre que disminuyas el ritmo y realmente cortes con el trabajo. Investigadores de la Universidad de Helsinki, que realizaron un estudio sobre los beneficios de las vacaciones para el Journal of Nutrition Health
Porque las vacaciones normalmente reúnen tres elementos esenciales de un estilo de vida saludable: dormir lo suficiente, tomarse su tiempo y estar en contacto con la naturaleza. En efecto, un sueño reparador actúa positivamente sobre el sistema nervioso al tiempo que regula el metabolismo, mientras que un paseo por la montaña, por el bosque o por el mar reduce la presión arterial y te permite llenarte de vitamina D. El simple hecho de combinar unas cuantas cualidades Las noches de paseos al aire libre bajan los niveles de cortisol y, en consecuencia, reducen el nivel de estrés que, cuando es bajo, reduce el riesgo de desarrollar o agravar muchas enfermedades como depresión, infecciones o problemas dermatológicos. Permitirse unas vacaciones, conseguir relajarse y desconectar del trabajo es, por tanto, tan importante para cuidar de la salud como, por ejemplo, llevar una dieta equilibrada.
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Si el bienestar general que se siente durante las vacaciones es realmente real, a veces es efímero. El estrés generado por la vuelta al trabajo, por la acumulación de tareas no realizadas durante nuestra ausencia o por el reencuentro con un colega con el que no corre la corriente puede hacer que nuestro nivel de cortisol se dispare y anule inmediatamente los efectos positivos que nos proporciona nuestra dos semanas de vacaciones en el mar, por eso es preferible que la vuelta a la oficina se haga sin contratiempos. En la medida de lo posible, tenga cuidado de no sobrecargar su agenda durante los primeros días o primeras semanas de recuperación. Encontrará gradualmente su ritmo de trabajo habitual y así se ahorrará los daños causados por una recuperación en los sombreros de ruedas.
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Para maximizar los beneficios a largo plazo de unas vacaciones, piense en los tres pilares mencionados anteriormente: dormir, reducir la velocidad y tomar aire fresco. Como señala la sofróloga Géraldine Peyroux, “la respiración es una herramienta muy eficaz para regular el sistema nervioso autónomo. Respirando «bien», uno puede encontrar ese estado de dicha similar al que se siente en las vacaciones, mientras se prepara la noche para que venga a ser lo más reparadora posible. Tres veces al día, tómese un momento para respirar conscientemente. En la oficina o en casa, siéntese en su silla con la espalda recta y cierre los ojos. Inhala por la nariz durante 2 segundos y exhala por la boca durante 4 segundos. Repite el ejercicio durante 5 minutos. Te sentirás más tranquilo y relajado». También recuerde tomar un poco de aire fresco lo antes posible. ¡Los viajes no solo se reservan en agosto!
Caminar en la naturaleza aumenta nuestro nivel de serotonina (la hormona de la felicidad) y nos permite llenarnos de luz natural mientras estamos activos. Sin olvidar que el color verde proporciona una sensación de sosiego y sosiego capaz de reequilibrar el sistema nervioso. Finalmente, “regálate un pequeño momento todos los días solo para ti”, continúa el terapeuta. Aprovecha para hacer algo que te haga sentir bien como dibujar, cantar, respirar, contemplar, escuchar o incluso beber chocolate caliente”. ¡La idea es divertirse, como lo hicimos durante las vacaciones!
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