Por primera vez en Francia, se ofrecerá ayuda psicológica a los espectadores de cine durante la primera proyección de Débâcle, que se estrenará el miércoles 28 de febrero, y que aborda directamente el trauma de la violencia sexual en la infancia. Inspirado en la novela de Lize Spit publicada en 2016, el primer largometraje de la actriz y directora belga Veerle Baetens narra el regreso a su ciudad natal de una víctima, Eva. En su coche lleva un enorme bloque de hielo, elemento clave para ayudarla a afrontar su devastador pasado. La interpretan Charlotte de Bruyne y Rosa Marchant, quien ganó el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Cine Independiente de Sundance 2023 a la edad de 16 años.
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Antes de la película, prohibida para menores de 12 años, un mensaje advierte a los espectadores que pueden pedir ayuda o simplemente charlar por teléfono con miembros de asociaciones de protección de la infancia o de prevención del suicidio. Además, La Grande Distribution, que organiza debates después de las proyecciones de películas, prevé una cincuentena de sesiones especiales en toda Francia, con voluntarios disponibles para debatir y escuchar a los espectadores que lo deseen. “La idea de “cinema-seguro” (el nombre de esta iniciativa, nota del editor), es básicamente decir: el cine es un lugar donde estás seguro y, no importa las emociones que vayas a sentir, estamos allí con usted y no le defraudaremos”, explica Mélanie Simon-Franza, directora de La Grande Distribution. «Es una especie de trampolín o mediación entre el debate cinematográfico y el psicólogo».
Este proyecto, dice, nació junto con otra película, Slalom de Charlène Favier (2021), que trata sobre la violencia sexual en el deporte. “Después de las proyecciones, tuvimos debates clásicos y nos dimos cuenta de que había espectadores que con esta película se habían dado cuenta de que habían experimentado violencia en la infancia. No estábamos preparados para escuchar esa palabra y asimilarla”, recuerda. Veerle Baetens, revelada como actriz por la película independiente Alabama Monroe en 2012, dice estar «muy contenta» con esta iniciativa. “Para ser sincera, intentamos instalarlo en mi país, Bélgica, pero el distribuidor no nos siguió”, añade, entrevistada por la AFP.
El séptimo arte está inmerso en una vasta introspección sobre las historias llevadas a la pantalla y la forma de filmar escenas de sexo. El movimiento