El imponente baldaquino de Gianlorenzo Bernini, conocido como Bernini, que domina el altar mayor de la Basílica de San Pedro recuperará todo su esplendor. La obra maestra del escultor, creada en el siglo XVII, será restaurada en preparación para el jubileo cristiano mundial previsto para 2025, nos informa Vatican News.

Con 29 metros de altura y un peso de casi 60 toneladas, el edificio ha resistido los estragos del tiempo y, sobre todo, ha sufrido los daños causados ​​por la multitud de turistas, hasta 50.000 por día, según el ingeniero Alberto Capitanucci, director técnico de la Fabrique de Saint- Pierre, la institución responsable del mantenimiento del edificio. El desprendimiento de determinadas estructuras de madera, así como una gruesa película de sustancias grasas y polvo acumuladas a lo largo de los años, exigen esta restauración, cuyo coste se estima en 700.000 euros. La financiación proviene de la organización benéfica Caballeros de Colón.

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“El baldaquino debe ser devuelto a los fieles en su integridad restaurada y en su esplendor original con motivo del inicio del próximo Año Santo que el Papa Francisco lanzará en diciembre de 2024”, explicó Pietro Zander, responsable de la necrópolis y de los bienes artísticos. obras de la Fabrique de Saint-Pierre.

Un equipo de unas diez personas abordará los trabajos previstos para un período de diez meses. Consisten en instalar una especie de “muñeca rusa” de andamios que envuelven el dosel y permiten el acceso al altar mayor de la basílica, explica Pietro Zander.

Encargado por el Papa Urbano VIII en 1624, la construcción del dosel requirió nueve años de trabajo. Y refleja todo el virtuosismo de Bernini. El escultor combinó elementos barrocos y sus cuatro columnas de bronce, decoradas con ramas y olivos, que se elevan en espiral evocan el movimiento de la tela para dar sensación de ligereza a esta imponente obra.

Las marquesinas contienen un alto valor simbólico, recuerda Vatican News. Aparecieron hacia el siglo IV en iglesias muy espaciosas y permitieron realzar el espacio más importante de la iglesia. El baldaquino de Bernini, que corona el altar central, convierte el coro de la basílica de San Pedro en un lugar sagrado y grandioso.